¡Hola compañeros/as!

En este paseo a través de los sentidos, vamos a detenernos en el GUSTO. Su órgano principal es la lengua y las papilas pueden distinguir cuatro sabores básicos: dulce, salado, amargo y agrio. Gracias al olfato, y junto a él se distingue y se enriquece el sabor de aquello que saboreamos.

La lengua además puede ejecutar diversos movimientos ya que se trata de un músculo. Los besos son caricias, acariciamos con la boca y con la lengua. Además, la lengua se lubrica con la saliva que producen las glándulas salivares. El intercambio de saliva en el beso, suele tener una alta carga erótica? y existe gran variedad de estilos de besar.

Tanto con los labios como con la lengua podremos recorrer el cuerpo de nuestro/a amante y nos encontraremos muchos sabores diferentes. Por ejemplo, en las zonas donde encontremos sudor, el sabor será más salado. En el pene y en los labios menores, el sabor será más amargo. La piel de cada hombre y de cada mujer tiene un sabor propio. Este sabor depende de diversos factores, entre otros, de la alimentación.

Las felaciones y los cunnilingus son caricias hechas por los labios y la lengua, y suelen expresar deseo y amor. Los fluidos corporales, también tienen sabores propios, siendo los fluidos de cada hombre y de cada mujer, también únicos.

Bebidas, alimentos que se derriten, los que se deben mastican u otros más sólidos, y las variaciones de temperatura de los mismos pueden darnos ideas a la hora de explorar los placeres que el gusto nos puede proporcionar.

Tradicionalmente, muchos alimentos se han considerado afrodisiacos y estimuladores del deseo. Hoy en día, se ha visto que más que la naturaleza propia del alimento, lo que parece propiciar la estimulación erótica es el ambiente selecto y genuino que se crea alrededor del mismo. El poder degustar dicho plato autóctono o internacional, puede ser un acontecimiento, algo poco habitual. Todo ello le aporta encanto y viene a ser una estrategia de seducción tan clásica como apetecible. Convertir en ceremonia una comida es un arte que enciende el deseo del/la agasajado/a.

¡El paladar se puede educar!

Nerea Sancho

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