Un nuevo disco completa la obra coral de Bello-Portu

Donostia. La Asociación Proyecto Cultural Javier Bello-Portu Kultur Egitasmoapresentó ayer el segundo disco de la obra coral de Javier de Bello-Portu que, junto al primer volumen, completa el legado del compositor tolosarra. Dos discos y un total de 37 piezas hacen "justicia a una música que estaba abandonada y un poco olvidada", según aseguró ayer Enrique Azurza, director del grupo Kea con quien se han realizado ambas grabaciones.

Ha transcurrido un lustro desde la muerte de Javier Bello-Portu. El colectivo que lleva su nombre se creó en 2007, tres años después de su pérdida, y y no dudo en seguir con la estimable tarea que el músico tolosarra inició: difundir la obra de los autores vascos. De todas formas, no olvidan su origen y decidieron prestar especial atención a los intérpretes del municipio y a los maestros vinculados a la villa de Tolosa.

Los hermanos Azurza, promotores de este proyecto de recuperación del patrimonio musical vasco, conocieron de primera mano al compositor y director de orquesta Bello-Portu y no dudaron en afirmar que su conocimiento del folklore era "increíble". "Una cosa que me enseño él es el amor que profesaba por las melodías populares de nuestro país", aseguró Enrique Azurza. "Es un clásico a la altura de Aita Donostia o Jesús Guridi", añadió. Por este motivo, creen que el trabajo que están llevando a cabo "va ayudar a poner su nombre a la altura del los músicos vascos del siglo XX".

Comenzó imitando el estilo de Eduardo Mocoroa o Felipe Gorriti en su juventud pero enseguida pasó a las "armonizaciones de carácter muy instrumental y colorista", aseguró Enrique Azurza. "Su última época fue muy densa con un lenguaje contemporáneo avanzado y armonicamente complejísimo", añadió. "Realmente es un mundo a descubrir".

forma y contenido El nuevo disco, al igual que el primero, está acompañado de distintos textos sobre cada pieza que ilustran la edición, aunque esta vez, las notas han sido escritas por el reconocido pianista Alejandro Zabala, amigo y colaborador de Bello-Portu, que también ha realizado un análisis de la estética del trabajo en sí. En cuanto al contenido, es un recorrido por su juventud, madurez y diferentes géneros como la religión, el folklore, melodías populares o de otros autores.

La obra de Bello-Portu posee una "gran complejidad técnica". Sin embargo, David Azurza aseguró que es "muy fácil de escuchar". "Es un tipo de música muy impresionista, delicada y refinada", añadió. Azurza recordó que el compositor era un "sibarita incluso en la música".