Javier Gutiérrez viaja en el tiempo en la nueva película de Nacho G. Velilla, Mañana es hoy, primer largometraje de contenido original de Prime Video en España. Gutiérrez asume el papel de un padre de los años 90 que aparece en 2022 por culpa de una tormenta eléctrica, mientras pedalea en el mar con su mujer y su hijo. Cuando regresan, la playa es la misma, pero ya no reconocen nada del pueblo.

“Siento nostalgia de aquella época, si me das a elegir entre los 90 y la época actual, sin lugar a dudas me quedo en los 80 y los 90, sin Internet, ni Twitter, ni Instagram, y sin tener que hacerle una foto a la comida en medio de una reunión familiar o de trabajo”, se ríe el actor asturiano en una entrevista con Efe.

“Creo que estas cosas nos han convertido en personas más egoístas, más encerrados en nosotros mismos y menos pendientes del entorno y del otro”, reflexiona, más en serio, el ganador de dos goyas. Es su primer papel cinematográfico de ciencia ficción, aunque ya vivió fantásticas resurrecciones en la serie Estoy vivo. “Pero esto no lo había vivido nunca”, hace memoria.

España en el verano de 1991 era un bulle-bulle de sensaciones: la Guerra del Golfo era inminente, Amedo y Domínguez esperaban condenas de la Audiencia Nacional y Joaquín Sabina le escribía una canción al Dioni; los jóvenes se perdían en la Ruta del Bakalao, veían El silencio de los corderos en el cine y en las playas sonaba Loco Vox, de Loco Mía.

No existían los smartphone –ni siquiera se había oído hablar de “la red” (Internet)–, la mujer aún no había logrado emanciparse “y la moda era horrorosa”, aporta Carmen Machi, protagonista junto a Gutiérrez de esta película de aventuras, donde García Velilla mezcla comedia, drama, thriller y ciencia ficción.

Referencias a cintas clásicas

Mañana es hoy bebe de películas como Regreso al futuro, Atrapado en el tiempo o La princesa prometida, explica G. Velilla. “Lo bueno es que, escribiendo el guion, empezaron a salir un montón de ideas, de todo lo que ha cambiado desde los 90, desde el papel de la mujer, el paso de lo analógico a lo digital, la familia...”.

Así, cuenta, se sirvió de la ciencia ficción para empezar “como él quería” y saltar “a la fábula humanista, al estilo de Qué bello es vivir, o Milagro en Milán, que al final cuentan cosas muy profundas”.

Machi destaca de la cinta que “tiene debajo un discurso interesante sobre la posición de la mujer, que está muy bien contado, y cómo toma ella las riendas, como –en general, y mal que les pese–, es lo que normalmente ocurre” también hoy.

En ese sentido, la actriz ve “muy bonito” que José Luis “como muchos hombres que se sienten un poco perdidos por el modo en el que está caminando la mujer”, cuando vuelve atrás y se da cuenta de cosas que hizo, quiera rectificar.