El biotecnólogo Javier García Cogorro es el cerebro detrás de Viralgen. Con una sólida trayectoria en la industria farmacéutica, ha puesto sus miras en revolucionar el tratamiento de enfermedades genéticas. Su experiencia en Eli Lilly & Co. le llevó a fundar Columbus Venture Partners, un fondo de inversión especializado en biotecnología.

Al tratarse de una organización sin ánimo de lucro, este miércoles a las 19:30 en el Kursaal de Donostia y el 14 del mismo mes en Arantzazu, se celebrará un evento de música clásica, organizado por la Fundación Columbus, con el objetivo de recaudar fondos para la investigación y desarrollos de terapias avanzadas para niños con enfermedades raras.

En esta entrevista, García Cogorro da pistas de esta importante labor.

Es matemático pero trabajó en la industria farmacéutica en Eli Lilly. ¿Qué lo motivó trabajar en el campo de la biotecnología y las ciencias de la salud?

Antes de entrar a Eli Lilly ya era una persona inquieta, emprendedora. Y monté una empresa dedicada al uso de los datos y la iteración farmacéutica. Tenía mucha inquietud por los temas empresariales. Al entrar a Lilly, tengo un desarrollo empresarial súper interesante. Estoy en Inglaterra, Suiza, Estados Unidos…, voy creciendo hasta tener un puesto ejecutivo importante en Lilly. Pero quería hacer otras cosas que no tuvieran nada que ver con sistemas de información. Entonces me plantean hacer desarrollo de negocio y ahí veo que es un área que me gusta y me encuentro muy cómodo. Además, veo que hay muchas cosas que hacer. Entonces me paso cinco años como vicepresidente de desarrollo de negocios, haciendo transacciones y cosas de estas. Después llega un punto de que busco otras cosas. Buscar otras cosas me hace sacar esa vena emprendedora. Me decido a dar el salto a crear mi propio fondo de inversión con mi socio y empezamos a invertir en biotecnología. Observamos lo que hacen las Universidades y miramos hacia el futuro para ver qué tipo de inversiones funcionan. Cuando empezamos el trabajo de inversión, nos damos cuenta de que hay multitud de oportunidades que tienen un interés comercial enorme pero, al mismo tiempo, vemos que esas oportunidades tecnológicas se pueden utilizar para otras cosas en las que ganar dinero no es lo más importante. Por lo tanto, la pregunta que nos hacemos es a ver si podemos compatibilizar ambas cosas. Ser capaces de invertir para los inversores pero, al mismo tiempo, dar retorno a otras enfermedades que no hay interés económico pero la necesidad médica está ahí y la tecnología puede funcionar. Entonces, decidimos trabajar los dos mundos. Y así es como surge la Fundación Columbus. La Fundación se monta 7 meses después del arranque del primer fondo. Viendo ambas cosas. En unas podemos ganar dinero, que es legítimo, pero en otras no se puede ganar dinero. Lo que no podemos hacer es mirar a otro lado. Entonces compatibilizamos ambas. Empezamos con oncología pediátrica, con tratamientos de protones y, posteriormente, pasamos al campo de la terapia génica, que era un campo totalmente sin explorar. Había miles de enfermedades, y muchas de ellas son de interés cero para la industria porque hay entre dos pacientes y 150. Entonces, si haces un desarrollo que te cuesta 500 millones de dólares, ¿a cuánto te sale el tratamiento? Por lo tanto, vimos que había otra forma de hacer las cosas totalmente diferente.  

Fundación Columbus

Desde la Fundación Columbus están trabajando con terapias génicas para el párkinson infantil y el SPG50. ¿En qué consiste?

"El resultado es mágico, milagroso, espectacular"

El párkinson infantil es una cosa que se llama ADDG. Es un gen que produce una proteína que hace que las neuronas se conecten. Entonces el párkinson infantil son niños que nacen sin ese gen y nacen sin dopamina en el cerebro. La dopamina es el neurotransmisor que permite que las neuronas se conecten. Estos niños nacen sin ellos y no pueden moverse. O pueden moverse de forma muy limitada. No pueden comer o tienen que ser alimentados por un tubo… También sufren dolores tremendos, porque la dopamina también regular el dolor. Entonces son niños que están acostados en la cuna durante el resto de su vida. Casi todos mueren con edades muy tempranas. Sufren infecciones respiratorias u otras cosas. Con este tratamiento lo que hacemos es llevar a las neuronas el gen que falta para que produzca la dopamina. Y el resultado es mágico, milagroso, espectacular. El niño puede empezar a hablar, a andar, a correr, a ir al colegio. Hemos tratado 55 casos en todo el mundo. En España hay dos casos: uno en Murcia (Candela) y el Girona (Ibai). Y los resultados son increíbles. Es de estas enfermedades en las que tu ves que el cerebro no está dañado, por lo cual, es mucho más fácil. 

Respecto al SPG50 hicieron un ensayo clínico en Donostia con Osakidetza. ¿En qué consiste?

SPG50 surge de una colaboración con la Universidad de Texas y una empresa norteamericana llamada Elpida Therapeutics. La idea que tenemos es ir más rápido. El tratamiento empezó con tres niños, uno de ellos español. En seguida vimos la necesidad de abrir un centro de desarrollo en Europa. Entonces hablamos con Osakidetza y conseguimos que la doctora Itxaso Martín y su grupo hicieran un estudio compasivo. Ese estudio compasivo lo empezamos en el mes de abril de este año. Lo hemos hecho con dos niños, Alejandro y Sergio, de Sevilla y Galicia. El tratamiento ha ido bien y ahora estamos viendo la evolución de los resultados de estos niños en el tiempo. La intención es seguir haciendo un ensayo clínico más grande el año que viene. Queremos empezar a tratar no solo niños españoles sino niños de Europa que puedan venir aquí.

¿Qué se siente al tratar y mejorar la vida de gente con este tipo de enfermedades?

"La satisfacción es por lo que haces, y la ansiedad es por lo que dejas de hacer"

La satisfacción es enorme y más cuando ves a los niños y las familias. Es un ejemplo de vida para todos. Tienen un hándicap tremendo que es que su hijo tiene una enfermedad incurable. Y, aun así, luchan y tienen ánimo. Darles la noticia de que podemos tener una cura para ellos es tremenda. También ocurre el caso contrario. Decenas de padres que nos llaman que sus hijos tienen enfermedades con síntomas parecidos pero que todavía no tenemos capacidad para tratar. Ahí tenemos que darles la mala noticia de que no podemos ayudarles. La satisfacción es por lo que haces, y la ansiedad es por lo que dejas de hacer. Poder ayudar a las familias está muy bien, pero tenemos que buscar la manera de acelerarlo. Lo que vemos es que vamos bien, pero despacio comparado con la necesidad, porque estos niños no pueden esperar. 

Objetivo: tratar una nueva enfermedad

¿En qué proyectos está trabajando actualmente desde la Fundación Columbus y cuáles son sus objetivos?

"Nuestro objetivo es empezar a trabajar una enfermedad más de cara al año que viene"

Parte de nuestro éxito como Fundación y lo que podemos aportar es la relación que tenemos con Viralgen. Viralgen hace la producción farmacéutica de vectores virales. Hace la producción a un precio súper reducido que nos permite que realmente sea posible. Parte del tema de que comercialmente sea viable o no un producto es la producción. Tenemos la gran suerte de que nos proporciona producción. Nuestro objetivo es empezar a trabajar una enfermedad más de cara al año que viene. Si todo va bien, en enero tendremos una enfermedad más para poder atacar. La idea es que, a finales del año que viene, tener cinco enfermedades en total en la Fundación. Y las que puedan venir. Siempre con el apoyo de empresas externas. Porque el problema de esto es que desarrollar un producto puede costar entre 12 y 15 millones de euros.

¿Cuál es la próxima enfermedad que quieren tratar?

Son las enfermedades neurogenerativas y neuromusculares. La siguiente se llama CMT4J.

Javier Garcia Cogorro fuera del Kursaal Ruben Plaza

Biotecnología

¿Cómo ve el futuro de la biotecnología en los próximos 5-10 años?

"Aunque haya una evolución tecnológica brutal no debemos dejar de lado las enfermedades que a nadie le interesan"

Va a avanzar de manera espectacular. Hemos empezado tocando genes que no funcionan. Continuaremos tocando genes para que funcionen. Veremos una evolución tecnológica brutal. El futuro es muy brillante. Veremos vehículos de administración y de llevar el ADN mucho más seguros y eficaces. Vamos a ver formas de ocultar el sistema inmune. Aunque haya una evolución tecnológica brutal no debemos dejar de lado las enfermedades que a nadie le interesan. La investigación tecnológica va en la línea de poder monetizarse y de que los inversores tengan un retorno económico pero tenemos que ser capaces de utilizar la evolución tecnológica para ir avanzando más en este campo de las enfermedades raras. 

¿Cómo ha evolucionado el ecosistema biotecnológico en España durante su trayectoria?

Ha evolucionado muchísimo. Antes toda la idea era qué productos químicos podemos poner en el organismo para que bloqueen un proceso que hace que un síntoma o enfermedad pudiera mejorarse. Ahora vamos a la raíz biológica. Conocemos cosas que hace 20 años eran impensables. El desarrollo científico es enorme gracias a la computación. En áreas de Inteligencia artificial o en grandes masas de datos podemos hacer cosas que antes no se podían hacer. Eso permite que la iteración del proceso científico vaya mucho más rápido. Además, la evolución tecnológica es exponencial. Lo que hemos visto en últimos 20 años, seguro que veremos mucho más el los próximos 5. Y así constantemente. Las enfermedades raras nos ayudan a comprender otras cosas. Por ejemplo, lo que hemos hecho con el párkinson infantil, nos ha abierto la puerta a conocer mejor como funciona el párkinson adulto, el alzhéimer… Las enfermedades raras nos permiten abrir una punta de lanza de otras enfermedades que vienen. Entonces, hacer inversiones para poder tratar a pacientes que ahora tienen esa enfermedad, nos puede servir para otro grupo de pacientes.

¿Cómo cree que la biotecnología puede contribuir a resolver los desafíos globales como el cambio climático y la escasez de alimentos?

La biotecnología aplicada a campos como la alimentación ya lo estamos viendo. Vamos a empezar a ver que pueda haber desarrollos agrícolas que necesiten menos agua. También empezamos a ver que hay desarrollos que permiten que se cree una proteína que se puede consumir sin necesidad de tener un animal que sea el que la proporcione. Todo eso va a ayudar muchísimo. Eso puede ayudar a eliminar el CO2 y reducir el cambio climático

¿Qué habilidades y conocimientos son más importantes para un biotecnólogo en la actualidad?

Lo primero estudiar y formarse. Formarse desde un punto de vista más humanista. Después especializarse. El mundo de la biotecnología requiere de personas curiosas. Tus estudios te dan una base y después vas evolucionando. Pero requiere de tener curiosidad y motivación para que lo que haces tenga una aplicación. También te tiene que gustar aprender. Si sales de la carrera y del máster pensando que sabes todo, es el momento en el que te das cuenta de lo poco que sabes. Porque pasan 30 años y sigues aprendiendo.  

¿En qué posición está Gipuzkoa en concreto y Euskadi en general respecto a otras Comunidades Autónomas?

"Tener aquí la mayor fábrica de terapia génica de Europa y una de las mayores del mundo es un lujo"

A nivel de innovación está muy bien. El I+D que hay en Gipuzkoa en general y en Donostia en concreto es buena. Dentro del ranking estamos en la parte alta. Tener aquí la mayor fábrica de terapia génica de Europa y una de las mayores del mundo es un lujo. Esto es una oportunidad para seguir creciendo y seguir teniendo presencia. El mayor fracaso de un territorio es pensar "ya he llegado aquí y ahora disfrutamos". El reto es cómo consigo mejorar. El intentar mejorar va a crear economía de conocimiento que es básico en el mundo en el que estamos. También crea un entorno productivo de empleo de alta calidad que va a subir la calidad en general. Trabajamos en pocos empleos del conocimiento y, en cuanto cambiemos eso, tendremos una productividad mucho más alta. Eso está muy bien decirlo, pero hay que hacerlo, y creo que en Gipuzkoa se ha hecho. Tenemos que celebrarlo 10 minutos, pero tenemos que seguir creciendo y sabiendo cuáles son los próximos retos.

Javier Garcia Cogorro en el Kursaal Ruben Plaza

Terapia génica

Tienen un programa de terapia génica. ¿En qué consiste?

Es un desarrollo tecnológico muy novedoso que viene de toda la evolución de la biología en los últimos 15-20 años. Hasta hace poco se conocía el papel de los genes, pero no al nivel de ahora. Un gen es un trozo de NA que da ADN y que tiene una función biológica. Su principal función es producir proteína. Esa proteína forma parte de una cascada bioquímica en el organismo y tiene una función: conectar neuronas, generar cobre en el hígado, darle solidez al músculo… Si falta esa proteína, se produce una enfermedad. Una enfermedad que no tiene cura. La única forma de curarlo es que la propia célula produzca esa proteína. Por lo tanto, la terapia génica lo que hace es llevar una copia de ese ADN que falta a la célula que lo necesita. La célula lo reconoce como propia y empieza a producir la proteína que hace falta. En algunos casos es posible curar la enfermedad. En otros, se enaltece. Y, en otros, funciona peor. Pero, al menos, vas al núcleo, al punto de arranque de la enfermedad. Los genes son responsables de eso. Se empieza a conocer mucho cuál es la responsabilidad de cada gen en los procesos bioquímicos del organismo. Por lo cual, ya sabes cómo funciona. El problema es cómo llevas una copia de gen al tejido que lo tienes que llevar, y en las cantidades correctas. Y sin fastidiar otras cosas. Porque puede ser que un gen esté expresado en un tejido pero no se exprese en otro. Y puedes generar otro problema. Este es un tema que estamos trabajando en ello. La revolución es poder cambiar qué código genético que no funcionaba, por algo que funciona.

Tratan las enfermedades raras, que clínicamente se pueden tratar pero quizá comercialmente no sale rentable

Es imposible que salga a cuenta. Un tratamiento de una enfermedad rara para, por ejemplo, 50 personas en todo el mundo y tienes que gastarte 500 millones… no sale a cuenta. Es un problema que está ahí pero no tiene que ser un obstáculo. Hay que hacerlo con la perspectiva de no querer ganar dinero.

¿Qué desafíos enfrenta la terapia génica en la actualidad y cómo se pueden superar?

"Tendemos a pensar que la medicina va a solucionar todos los problemas. La vida misma tiene sus problemas y la medicina es parte de la vida"

Como toda nueva modalidad, el problema que tiene es no funcionen todas las áreas como deben funcionar. Otro de los problemas que podemos tener es el coste de los tratamientos. Tenemos que ser conscientes de que el coste puede ser muy grande. Debemos mirar de qué forma se puede abaratar. Tendemos a pensar que la medicina va a solucionar todos los problemas. La vida misma tiene sus problemas y la medicina es parte de la vida.