Este mes se ha conocido que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha sancionado con sendas multas a un empresa y a un particular por gestionar aplicaciones o grupos de WhatsApp en los que se comunicaba en tiempo real la presencia de controles de tráfico, controles policiales o radares móviles en la carretera. Ha ocurrido en Galicia y se ha considerado como infracción muy grave. En el caso del particular, administraba un grupo de WhastApp con 15.000 miembros que recibían y ofrecían puntual información sobre la presencia de estos controles.

Pero para castigar esta infracción no se ha recurrido a las normas de Tráfico sino a la Ley de Seguridad Ciudadana. En su artículo 36.23 se califica como infracción grave el uso de imágenes o datos personales o profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que puedan poner en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, la de las instalaciones protegidas o el éxito de una operación, con respeto al derecho fundamental a la información.

Es en este último punto en el que se basa la razón de la multa. Un control policial o un radar móvil de velocidad se considera una operación en la que se busca identificar y reducir acciones que pongan en riesgo la seguridad de la circulación, como pueden ser conducir bebidos o drogados, ir a más velocidad de la permitida o con el vehículo en mal estado. Dar estos aviso puede hacer que que los incumplidores puedan evitar el control y convertirse en un peligro para otros.

La gran duda

Pero entonces, ¿los avisos de presencia de radares que vemos en los navegadores están prohibidos? Pues en principio no. No hay que olvidar que la ubicación de los radares fijos en las carreteras no solo están señalizados en la propia vía, es que además la misma DGT avisa de su localización, es un dato de dominio público, es algo público.

Lo que no se puede difundir es la presencia de los radares móviles. Aunque más exactamente, es público el tramo sobre el que se va a actuar, pero no el punto kilométrico exacto en el que se colocan los agentes con el cinemómetros. Y divulgar esto es lo que es sancionable, sea a través de las modernas redes sociales como del viejo sistema de dar las largas, lanzar una ráfaga al coche con el que se cruza. Esta práctica se persiguió alegando que esta práctica podía deslumbrar y causar un accidente. Un argumento muy semejante al que se ha empleado en las dos multas.

Esto pone en duda la legalidad de la opción de Waze de avisar de presencia policial en el trayecto. El resto de los avisos sí ayudan a mejorar la seguridad vial, pero esta puede estar en la mira de la DGT.

Sobre los radares fijos

La DGT ha optado por emplear la Ley de Seguridad Ciudadana para perseguir estos aviso ya que la normativa jurídica de Tráfico no lo prohíbe, pero no se descarta, como expresó su director general, Pere Navarro, que haya un cambio de normativa, pero para eso queda todavía tiempo y un análisis en profundidad que haga posible la denuncia por avisar de la presencia de un radar móvil.

Los radares fijos o de tramo quedarían fuera de este supuesto ya que, como es sabido, las propias autoridades anuncian públicamente su presencia. Esto hace que sea legal usar las aplicaciones de navegación para tenerlos localizados, por lo que no es necesario mandar a la clandestinidad a Waze, Radarbot o el propio Google Maps.

En el caso de esta última, de Google Maps, hay que tener en cuenta que el aviso de la presencia de radares viene desactivada por defecto, por lo que es necesario configurarla, por lo que será necesario que cada usuario quien tenga que hacerlo en su móvil o en pantalla del vehículo para ser avisado con tiempo suficiente para ajustar en cada momento la velocidad del coche. De momento esto incluye también la ubicación de lo radares móviles cuando otros usuarios alertan de ellas. Y estas sí se persiguen por lo que no serie del todo extraño que desaparezcan en un futuro no muy lejano.

Tres pantallazos para configurar los radares en Google Maps.

Configurar el aviso de radar en Google Maps

Esta tarea es muy sencilla, pero hay que hacerla antes de ponerse en marcha. No debemos olvidar que mientras se conduce la atención debe estar en la carretera y no en el navegador, el riesgo de accidente es alto.

Lo primero que hay que hacer es configurar la ruta que queremos hacer, introducir el destino y si hace falta algunos hitos intermedios. Por supuesto, no debemos olvidar elegir como medio de transporte el coche.

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En la esquina superior derecha del mapa aparece un icono del tipo de mapa que queremos visualizar, pero también permite seleccionar qué detalles nos interesan para ese viaje. Hay que seleccionar la opción Tráfico. De entre la información que nos va a dar, como la localización de las áreas de servicio y las gasolineras, el estado del tráfico o vías para consumir menos combustible, también ofrece la ubicación de los radares, que estarán señalados con un icono naranja y una cámara dentro los fijos y en azul los móviles. Estos último solo si alguien ha dado aviso y no hay que olvidar que está prohibido.

A lo largo del viaje, Google Maps irá avisando de forma automática cada vez que nos aproximemos a los radares fijos, pero siempre y cuando estén activadas las notificaciones de voz que aparezcan en la pantalla principal, para que ajustemos nuestra velocidad a la indicada.