Desde unos días se ha hecho muy popular una aplicación para teléfonos móviles llamada WhatsApp Rojo. A la hora de convencer a posibles usuarios anuncia funciones que el servicio de mensajería verde no tiene o que mejora sustancialmente como por ejemplo poder deshabilitar la opción de reenviar mensajes, evitar que tus contactos puedan borrar sus mensajes, disponer de la función de respuesta automática, poder ocultar el estado de estar en línea entre otros muchos. En el fondo es una aplicación que ya suena a conocida porque ya ha habido otras anteriores con la misma idea y sombres muy similares como fueron hace algún tiempo WhastApp Gold, WhatsApp Plus o WhastsApp Pink.

Todas ellas son lo que se conoce como aplicaciones de terceros que, sin relación oficial con la WhatsApp, se aprovechan de ells para ofrecer gratis nuevas funciones o mejorar las ya existentes. Para los usuarios, a pesar de las ventajas que parece ofrecer, son un riesgo. De entrada, su creador es desconocido, por lo que es un motivo de desconfianza sobre sus intenciones. Si ya cuesta dar nuestros datos a alguien de quien al menos se conoce su personalidad jurídica, dejarse caer en manos de alguien que no sabemos quién es resulta imprudente. Una pista para ello es ver si App Store o Google Play Store lo tienen en su catálogo. Si no está, mala señal, no cuenta con los permisos de la app original.

Abusar de WhatsApp puede hacer que te lo quiten. Freepik

Por esto, si se instala en en el móvil y se pasa la cuenta a ella, nos podemos encontrar con que el WhatsApp de verdad, el verde, nos banee la cuenta, nos la cancele por un tiempo determinado o para siempre. Y poco hay que objetar ya que en lo términos de uso se prohíbe de manera expresa obtener o intentar obtener acceso no autorizado a sus sistemas. La instalación de esta app sería un incumplimiento.

Otros motivos para cancelarte

Pero no solo el uso de aplicaciones no oficiales modificadas, su alternativo de usar app de terceros que complementen funciones de la mensajería verde o la de emprear herramienta para extraer datos de cuentas ajena, pone en riesgo cuentas. Hay otros motivos:

No usarlo en mucho tiempo. Quizá no lo sepas, pero tu cuenta tiene fecha de caducidad. Cuatro meses si conectarse a internet (esto no significar tener que mandar un mensaje) y la cuenta se borra. La razón es sencilla, eliminar las de los fallecidos.

Hacer spam. WhatsApp no admite ningún tipo de spam, algo que queda claro en las condiciones de uso. En ellas se prohíbe la mensajería masiva, el marcado automático y cualquier sistema automático, así como crear grupos con participantes.

Difundir informaciones fake. WhatsApp indica en sus condiciones que prohiben la publicación de “falsedades, declaraciones erróneas y afirmaciones engañosas”. Las conversaciones están cifradas por lo que la compañía no puede acceder al contenido de los mensajes, pero si los receptores los denuncian, entonces sí puede leerlos y tomar medidas.

Ser bloqueado muchas veces y por muchos. Puede ir unido al anterior. No hay acceso a lo que escribas, pero si te bloquean de forma multitudinaria en un tiempo razonablemente breve, quizá sea por algo y se decidan a tomar medidas. Además pueden llegar denuncias que expliquén el por qué y si tiene muchas, es probable que te baneen.

Mandar mensajes amenazantes o actividades sospechosas. WhatsApp no permite conversaciones ilegales, difamatorias, amenazantes, intimidantes, acosadoras, que inciten al odio, ofensivas desde el punto de vista racial o étnico, o que promuevan o fomenten conductas ilegales, inadecuadas, delitos violentos, exploten o pongan en peligro a niños o sirvan para coordinar conductas dañinas.

Envío de mensajes malintencionados. Tratar de colar un virus de cualquier tipo que pueda producir algún tipo de daño, aunque sea leve, como la broma del círculo negro que no se debe pulsar, supone el castigo de ser expulsado. Se extiende también a la suplantación de identidad.