Silvestri regala la última sonrisa a Ane Santesteban
La italiana, compañera de la guipuzcoana en la Laboral Kutxa-Euskadi, conquista el G. P. de Eibar, la carrera de despedida de la de Errenteria
Bajo la lluvia, bailó de alegría Debora Silvestri, campeona del G.P. Ciudad de Eibar. Alzó los brazos la italiana y en ese gesto de victoria abrazó el adiós de Ane Santesteban, que asomó minutos después en sus últimas pedaladas a una singladura de 17 campañas como ciclistas. La de Errenteria soltó las manos del manillar para saludar su despedida. Lo hizo con una sonrisa en la boca. El gesto perenne de su rostro.
Allí se dibujaban la felicidad y la dicha de quien se va cuando elige. Agradecida por el cariño, por lo que le ha hado su pasión por el ciclismo fue recibida con honores, entregada la afición, y emocionadas sus compañeras, que le esperaron para fundirse en un abrazo con su amiga.
Un día emocionante y bonito
"Es un día súper bonito. Apenas puedo hablar. Ha sido un día muy emocionante y bonito. Además, el Laboral Kutxa ha ganado con Debora. Siempre había dicho que quería retirarme en un equipo de casa y la oportunidad que me ha dado el equipo de hacerlo aquí es todo un sueño para mí. Para mi este equipo y la gente que hay en él es mucho más que un equipo, es mi familia, son mis amigas, y es muy especial poder compartir estos momentos con ellas", dijo la guipuzcoana, emocionada, tras su última aparición.
"Te das cuenta de que lo más importante es esto que hemos vivido, toda la gente conocida y el apoyo de todo el mundo, que al final es lo que vale en la vida. Además, Eibar es un pueblo muy especial, corrí en el equipo Debabarrena, he recorrido muchos kilómetros por estas carreteras. Pese a ser una decisión propia, es un día en el que cuesta no emocionarse, porque son muchos años y he decidido que, tras 25 años montada en una bici, sea mi último día y mi último dorsal”, expuso el día de su adiós.
En Eibar se exaltó la amistad en una jornada intensa y emocionante, en la que el Laboral Kutxa-Euskadi festejó la victoria de Silvestri y la despedida de Ane Santesteban en una jornada frenética. El adiós de la guipuzcoana, que sufrió una avería en su bici, como si esta no quisiera avanzar porque sabía que era su entrega final, no deja de ser el comienzo de otro ciclo vital en el río de la vida. Volver a empezar.
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Una caída elimina a Ostolaza
En eso pensaron en el Laboral Kutxa-Euskadi cuando Usoa Ostolaza, su mejor ciclista, volaba hacia la victoria, pero en el descenso de Ixua, la zarauztarra perdió la vertical y se arrastró por el asfalto. Esquivó un golpe mayor contra un quitamiedos de hormigón.
Se puso en pie con el resorte de la adrenalina la guipuzcoana. Sin embargo, se le enredó todo porque la cadena se le había salido. Presa de una avería mecánica, esposada por el mal fario, perdió los segundos que le hubieran dado la victoria.
No se lamentó la Ostolaza, que vio pasar a sus perseguidoras mientras ella ensillaba tragando bilis. Silvestri, que venía por detrás, aceleró en el descenso y rapeló a toda velocidad con Noemie Thompson.
Kamikazes, se presentaron en Eibar para medirse en un cara a cara. Thompson trató de desprenderse de la italiana a ritmo, pero Silvetri, agazapada en el carenado de la inglesa, esprintó con determinación para honrar a Ane Santesteban.
Un poco después apareció contrariada Usoa Ostolaza, que se fundió en una abrazo con la italiana. Algunos fotogramas después, Santesteban saludaba su último baile. No fue una despedida triste. Silvestri regala la última sonrisa a Ane Santesteban.