En 1849, Giuseppe Verdi estrenó la ópera La battaglia di Legnano, inspirada en la victoria de la Liga Lombarda frente a Federico Barbarroja, un hecho histórico que se narra en al himno de Italia, Fratelli di Italia. Al menos así era en su original.

La composición suena alegre, a modo de una charanga en días de fiesta, aunque el himno posee la solemnidad de los cánticos de las naciones, a mayor gloria de las victorias, las arengas y la efervescencia patriótica.

El himno, alegre y combativo no respira el hipnótico poder y fuerza de La Marsellesa, el canto nacional francés, que retumba elevado a criatura mitológica en Casablanca, cuando los clientes del Rick’s Cafe Americain, el de Bogart, se sublevan con sus voces rebeldes a los cánticos nazis, a los que cierran la boca. Es una de las mejores escenas de la historia del cine.

El exmilitar Lemmen

En la Coppa Bernocchi, la batalla ciclista de Legnano, hubo un exmilitar, Bart Lemmen, que hace no tanto era coronel del Ejército del Aire de los Países Bajos hasta que abrió la puerta del ciclismo profesional en 2023.

Tras un curso en el Human Powered Health se alistó al Visma. Tiene 28 años. De estreno en el WorldTour. A Lemmen, disciplina militar la suya, no le asustó el reto y protagonizó la carrera.

Voló Lemmen en una fuga compartida y en solitario durante 158 kilómetros. A punto estuvo de aterrizar victorioso. Su vuelo feliz lo derribaron desde la fuga, reunida en el desenlace en Legnano. De ahí es donde salió la victoria del novicio Stan Van Tricht, que jamás había triunfado.

Su laurel tuvo el sabor único de las primeras veces. Una emoción única. El belga abandonó el anonimato de la mejor manera posible. Sonrisa de ganador en un grupo donde el resto fueron muecas de rabia. 

Bart Lemmen, con el uniforme de militar. Human Powered

Floreció en otoño el belga, que es un contrasentido pero un maravilloso acontecimiento para Van Tricht, el mejor de una carrera bajo el agua, donde se diluyó Evenepoel, vencedor de la carrera en 2021. Lo intentó el belga pero no le alcanzó para repetir el título. Primoz Roglic también era de la partida. El esloveno se afila para Il Lombardia.

Roger Adrià, tercero

Roger Adrià, que ha crecido varios palmos desde que se alistó al Red Bull, fue tercero en el esprint de los mejores tras Van Tricht y Alex Baudin. Neilson Poweless fue cuarto y el coronel del Ejército del Aire que pedalea, quinto. Sivakov y Pinarello se clasificaron después.

Lemmen, que deseaba relevar en la orla a Van Aert, su compañero lesionado y último ganador de la Coppa Bernocchi, era el último soldado en pie, aniquilado a un kilómetro de la gloria tras un esfuerzo descomunal.

Buscaba su bautismo en el profesionalismo. Ganar la batalla. Resistió cuanto pudo, pero tuvo que rendirse. Lo soldados no mezclan bien con la gloria. Suelen contar derrotas, dramas y tragedias.

Victoria de Van Tricht

Las medallas en el pecho son para el alto mando. El general McArthur decía que los viejos soldados no mueren, sino que se desvanecen en la lejanía. Lemmen se mantuvo en el horizonte en un día de mirada acuosa y rostro brumoso en la Coppa Bernocchi, una clásica con un siglo de vida que honra la memoria de Antonio Bernocchi, un empresario textil y gran filántropo. 

Bernocchi, que también fue senador de Italia, fundó y financió el Hospital Bernocchi en Legnano, incluyendo la construcción del departamento de cirugía, rehabilitación y la Casa de Cuidado dentro del hospital además de donar fondos para la creación de escuelas.

Parte de su fortuna sirvió para reconstruir la Scala de Milán, el templo del bel canto en Italia tras los escombros de la guerra. En el gran teatro de la opera italiana se ha representado La battaglia di Legnano. La ganó el inesperado Van Tricht, que alzó la Coppa Bernocchi después de que Lemmen se desvaneciera en la lejanía como los viejos soldados.