Cima venerada, altar del ciclismo vasco, Arrate es una culminación en sí misma. Una cumbre para recordar que concede altura a quien la conquista. Eso le sucedió a Yurani Blanco, campeona del Gran Premio Ciudad de Eibar, que fue una fiesta formidable para el Laboral Kutxa. Celebró un doblete el equipo vasco, que fijó la bandera de Matria, con Yurani Blanco y Usoa Ostolaza. Doble alegría.

De ese modo se bautizó el equipo vasco este curso. El primer triunfo fue compartido. Mejor, imposible para el Laboral Kutxa, que también obtuvo la consideración de la mejor escuadra de una carrera que dominó en el podio. Blanco y Ostolaza, en la cúspide, felices en Arrate, al lado del santuario, una meta sagrada, icónica.

Blanco dio en la diana. Fue la mejor en un fuga de cinco ciclistas a través de las rampas de Arrate. Blanco decidió subir a ritmo, evitando los trompicones. Consistente y firme, con el radar de la victoria activado. La estrategia funcionó punto por punto. A Arrate se accedía por Azitain, en una subida de cuatro kilómetros a una media del 9,6%.

"Iba al límite"

En la parte más exigente del puerto, Blanco aceleró. Era su momento. Superó a Christie (HPH) para alzar los brazos y colgarse del cielo. “Hemos intentado jugar nuestras bazas. Me he metido en la fuga, iba al límite porque había gastado mucho, pero me conocía la subida, había venido a reconocerla. Tenía mucha ilusión de hacerlo muy bien y quería devolver la confianza que el equipo ha depositado en mí con una victoria”, expuso la vencedora, que abrió su palmarés.

Ostolaza siguió sus pasos. Remontó para ser segunda. Ane Santesteban logró la novena plaza. Además de la txapela, Yurani Blanco se llevó la clasificación de la montaña. Para Lourdes Oyarbide fueron las metas volantes.

Fractura de clavícula de Idoia Eraso

El equipo morado tomó las riendas de la clásica de principio a fin. Blanco se fugó con otras cuatro ciclistas a falta de 18,5 kilómetros y remataba el trabajo de todas las compañeras. “Era una carrera que teníamos entre ceja y ceja. Es una inyección de moral muy importante para todo el equipo. La carrera ha sido alocada y a partir de la mitad ha sido una batalla en la que Movistar y nosotras queríamos mandar en carrera”, analizó Ion Lazkano, director del Laboral Kutxa. En el lado sombreado, el abandono de Idoia Eraso con una fractura de la clavícula izquierda.