Cuando a la segunda jornada del Tour Down Under aún le restaba una veintena de kilómetros para resolverse, Isaac del Toro, debutante veinteañero del UAE, campeón del Tour del Porvenir, estaba repantingado en la cola del pelotón, calmado y sereno, como si la carrera no fuera con él y mirase el paisaje para llenar la mirada y recordar algún día como era Australia. La memoria visual le serviría para dibujar las postales de las antípodas en su mente. La contemplación es un ejercicio maravilloso.

Del Toro tenía el aspecto de los despistados, ajeno a lo que acontecía, como esos genios que resuelven los grandes enigmas porque ven más allá pero nadie comprende el mecanismo que les conduce a ¡Eureka! Eso decía su lenguaje corporal, pero nunca se sabe, ni con el psicoanálisis se puede llegar a intuir lo que bulle dentro de una persona.

La detonación

No hay mayor misterio que el del ser humano. El cerebro es el cosmos. Imposible descifrarlo, inabarcable. Así que Del Toro era el último, pero su conexión era absoluta, aunque nadie interpretó aquello con . Un interruptor a la espera del contacto.

Sucede en ocasiones con algunas personas, capaces de activarse en un instante y desplegar toda la potencia, el ingenio y el talento en una avalancha inopinada. Nada hacía presagiar el desenlace, pero ocurrió a modo de una detonación.

El joven mexicano, debutante en el WorldTour, fue una explosión. Pura onda expansiva. Cuando se olía la meta, pero aún no se divisaba, a falta de un kilómetro, Del Toro arrancó como una estampida salvaje. Imparable. Descomunal.

Un golpe inesperado

Nadie esperaba aquello y para cuando el grupo reaccionó, el muchacho, hercúleo y descarado, repleto de personalidad y energía, se disparó de tal manera que celebró la victoria con la jauría pisándole los talones, declamando con cierta histeria.

Antes del descorche glorioso, espumoso, tuvo tiempo de pasear la mirada ante sus perseguidores, que se desgañitaban. Otra postal para la memoria.

Un instante después era un festejo. La felicidad gritona y desatada. “Soñaba con ganar una etapa. Lo he hecho lo mejor que he podido”, expuso Del Toro tras vencer en la segunda etapa del Tour Down Under, que lidera el ciclista mexicano tras su portentosa actuación. Del Toro irrumpe como una estampida en Australia.