Alejandro Valverde ha afirmado que aún conserva el gen competitivo casi un año después de haber colgado la bici profesionalmente y dejar huérfano al ciclismo estatal de uno de los mejores corredores –campeón del mundo, podio en las tres grandes, cinco Flecha Valona y cuatro Lieja-Bastoña-Lieja– de su historia. “Soy competitivo, me gusta estar delante, pero aquí no hay ningún ganador ni perdedor”, apuntó en una entrevista tras ser homenajeado en la 20ª Cicloturista a Ibiza Campagnolo.

“Ha cambiado que no tengo la presión por buscar algo, y no estoy tanto tiempo fuera como antiguamente. Me cuido, pero no tanto. A nivel de entrenamiento, muy similar, pero sin la exigencia de buscar objetivos y con la cosa buena de estar más con la familia”, explicó el corredor de Murcia, que dice sólo haber subido un par de kilos de peso desde la retirada del ciclismo profesional.

A Valverde la idea de la retirada le rondó ya en 2020 porque ya no sentía las “sensaciones” de antaño, pero la pandemia le hizo retrasar su despedida del pelotón. “Dos años antes había pensado retirarme porque no me encontraba bien. Después llegó el covid y todo cambió. No quería retirarme sin público en las carreteras”.

El de 2022 fue un año un “poco más normal” y cree que tuvo una buena retirada y el reconocimiento de la afición y el ciclismo mundiales. “Todavía tengo ganas de ciclismo para seguir compitiendo, pero tenía que haber un principio y un final. ¿Reconocido? Sí. No he ganado el Tour de Francia, pero he estado en el podio y con eso me quedo contento. Y en el podio del Giro, he ganado la Vuelta a España ... He ganado las mejores clásicas, he conseguido muchas medallas, el que más en los Mundiales... He sido campeón del mundo y he subido al podio de las tres grandes”, repasó.

“Cuando empecé no sabía cuál iba a ser mi camino. Hice tercero en la Vuelta con Kelme y Eusebio (Unzué) y José Miguel (Echávarri) me ficharon para ser un corredor de grandes vueltas, pero también de clásicas. Y ellos me han dado la oportunidad de centrarme en una cosa y en la otra”, esgrimió sobre su transición de velocista a aspirante a una de las tres grandes.

Director deportivo

Respecto a la posibilidad de subirse al coche como director de equipo, Valverde consideró que no es una opción que le seduzca. “A día de hoy todavía no me veo de director. Tiene una responsabilidad muy grande detrás y he tenido tanta estos años que aún no me apetece. Y supone estar muchos días fuera de casa, más que cuando corría. No me veo. Este año me han dado más libertad, pero el año que viene voy a tener que estar más dentro”, explicó.

Durante su carrera Valverde estuvo rodeado de grandes gregarios, entre ellos Imanol Erviti, que anunció recientemente que también cuelga la bici. Imanol era “metódico”, Valverde “más impulsivo”. “Me gusta tenerlo todo controlado, pero no era tan metódico como Imanol”, reconoció.

En un futuro cercano, el murciano va a mudar la bici de rueda fina por las anchas de montaña. Admite que no es un experto en la navegación y que pruebas como la Titan Desert en el desierto de Marruecos pueden esperar, y que le atrae más la Cape Epic en Sudáfrica, el próximo marzo.