Donostia ya ha activado la cuenta atrás para el Tour de Francia. El 1 de julio comienza la ronda gala, el día 2 la meta de la segunda etapa será en Donostia y el día 3 la carrera ciclista más importante del mundo pasará de nuevo por la capital guipuzcoana antes de finalizar en Baiona. “Faltan 98 días para que comience el Tour y 99 para que llegue a Donostia”, ha recordado el alcalde, Eneko Goia, quien ha ejercido de anfitrión del director de la ronda gala, Christian Prudhomme, junto al diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano.

Un enorme maillot amarillo en la fachada trasera del Ayuntamiento ha dado la bienvenida a Prudhomme, a quien le ha encantado la imagen. “Es impresionante, se funde con el color de la ciudad. Nos podría dar ideas para proponer en otras ciudades”, ha comentado antes de visitar los otros emplazamientos visibles del Tour: el primero, la Oficina de Turismo de Donostia, donde se puede ver el Trophy Tour (trofeo que se otorga a las ciudades que acogen el Grand Depart); y el Kursaal, donde se puede ver la imagen de bienvenida a la carrera: Ongi eTOURi.

“Será la tercera vez que acogemos el Tour. En 1949 llegó por primera vez y en 1992 lo tuvimos aquí tres días. Es más que un espectáculo deportivo, es un acontecimiento de nivel mundial. Vamos a acoger con brazos abiertos el Tour, nuestra ciudad será final de la segunda etapa y la tercera pasará por nuestras calles antes de enfilar hacia Baiona. Será parte del Grand Depart 2023, una oportunidad de oro para proyectar nuestro país a todo el mundo. Euskadi y Donostia van a estar en un escaparate mundial”, ha señalado Eneko Goia.

“Conocemos la pasión de los vascos por el ciclismo. Recuerdo, cuando ejercía de periodista, la victoria de Roberto Laiseka en Luz Ardiden y la marea naranja en los Pirineos”, ha recordado Prudhomme, quien es un reconocido fan de la afición vasca: “Está en el podio de las mejores del mundo y espero que el próximo mes de julio consiga el maillot amarillo como la mejor”.

Markel Olano, por su parte, considera que uno de los motivos de ese entusiasmo de la afición vasca por el ciclismo también es, en parte, gracias al propio Tour: “Todos tenemos en mente cuando el Tour pasó en 1992 por aquí y Miguel Indurain llevaba el maillot amarillo. Es una imagen icónica que hizo que muchos jóvenes conectaran con el ciclismo. El Tour de este año será importante para las generaciones más jóvenes”.