“Me gusta este proyecto; es ambicioso, pero a la vez mantiene los pies en la tierra”
El tarraconense Eduard Prades (Alcanar, 1987) dio el domingo al Euskadi Murias la tercera victoria de la temporada, llevándose la general del Tour de Noruega
donostia - Dijo tras vestirse el amarillo definitivo en Lillehammer que esta es la victoria más importante de su carrera.
-Sí, por todo un poco. Para empezar, por una cuestión de categoría, porque estamos hablando de una prueba 2HC, el escalón inmediatamente inferior al World Tour. Y además se trata de una victoria en la clasificación general de una carrera de cinco días.
¿Le satisface más este triunfo que la segunda plaza de hace quince días en el Tour de Yorkshire?
-No lo sé... Aquello tuvo incluso más repercusión que la primera posición en Noruega. La de Yorkshire fue una carrera muy peleada, de mucho nivel y además televisada por Eurosport. Peleé con gente como Magnus Cort, Greg Van Avermaet o Serge Pauwels, y quizás por ello mi actuación tuvo mucha notoriedad.
¿Qué balance hace de la temporada en su conjunto?
-El primer bloque lo cerraré dentro de diez días en Luxemburgo. La gente del pelotón me ve en las carreras y me dice: Oye Prades, ¿tú no descansas? Enseguida podré hacerlo. La temporada, en cualquier caso, está siendo excepcional para mí. Hice buenos puestos en Catalunya, en la Itzulia, en Castilla y León, en Yorkshire... Pero faltaba rematar.
¿Con qué planteamiento fue a Noruega? ¿Buscaba etapas o quería esa general que se ha llevado?
-De los cinco días de carrera, tres eran más propicios para Aberasturi, y los dos restantes se adecuaban mejor a mis características. Si conseguía estar delante en ambos, sabía que me saldría una buena general. Fue una lástima que la organización suavizara una de estas dos etapas duras, suprimiendo dos pasos por la cota final. Así que nos la jugamos a una carta en la última jornada.
Salió todo a la perfección.
-Sí, redondo. De inicio logramos meter en la fuga a Sergio Samitier, y con ello conseguimos hacer trabajar al resto de equipos sin desgastarnos nosotros. Luego, en el último puerto, me respondieron las piernas y pudimos firmar la actuación soñada. Mis dos compañeros de escapada sabían perfectamente que, si llegábamos delante, ganaba yo la general. Así que me tocó trabajar más que ellos, pero nos arreglamos bien.
¿Intentó quitarle la etapa al danés Alexander Kamp o pactaron el reparto del pastel?
-No, no. Hay que ser ambiciosos. Intenté superarle en el sprint. Pero creo que me equivoqué. Al estar jugándome también la general, quizás tuve demasiada sangre fría. Debí salir primero de la última curva, pero quise esperar a que me arrancara. Y resultó que él andaba más fuerte de lo que yo esperaba. Me superó con merecimiento, y punto.
Vaya diez días que lleva el Euskadi Murias...
-La temporada estaba siendo buena antes de que llegaran estos triunfos. Pero pegábamos constantemente al palo. Ahora por fin se ha rematado la faena.
Hábleme del proyecto.
-Me gusta porque es ambicioso pero, a la vez, mantiene los pies en la tierra. A mí en el equipo me están cuidando muchísimo. Planifican muy bien las carreras y nuestros calendarios, y esto es algo que a la larga ayuda en la consecución de resultados. Tal y como se están haciendo las cosas, pienso que el Euskadi Murias va a seguir creciendo durante los próximos meses y años: a nivel de infraestructuras, de medios, de consolidación en la categoría...
Explíquele a la gente qué hace un ciclista catalán en una estructura vasca.
-Tengo un vínculo especial con Euskadi, porque en mi etapa amateur gané las tres carreras vascas de la Copa de España: Aiztondo, Valenciaga y Santikutz. Y después he desarrollado buena parte de mi formación como profesional en el Caja Rural, donde he estado tres años.
¿Estará en la Vuelta?
-En un principio sí. Tengo que aportar al equipo mi granito de arena en cuanto a experiencia, ya que junto a Héctor Sáez soy el único ciclista del equipo que ya ha corrido una vuelta de tres semanas.