Oiartzun - Txomin Perurena (Oiartzun, 1943) cuenta en su palmarés con 158 victorias de etapa, siendo uno de los que más veces ha alzado los brazos al cruzar la línea de meta. Además, el excorredor fue segundo en la Vuelta a España del 1975, prueba en la que se hizo dos veces con la clasificación por puntos (1972 y 1974) y ganó doce etapas, consiguió dos victorias de etapa en el Giro de Italia y se adjudicó la clasificación de la montaña en el Tour de Francia de 1974. Cuando finalizó su carrera como corredor fue director deportivo de los equipos Teka, Orbea, Artiach y Euskadi.

¿Cuáles son los principales cambios que ha vivido el ciclismo?

-Creo que se ha ido transformando el ciclismo en todos los aspectos: En material, en orientación, en preparación, etcétera.

¿Cuál da más espectáculo, el actual o el de su época?

-Los de mi época decían que los anteriores daban más espectáculo, nosotros igual pensamos que nosotros y los de ahora pues ellos. La verdad, ahora el ciclismo está más calculado, más medido. La labor de equipos sigue siendo fundamental y cada vez tiene más fuerza. Entonces, considero que cada época tiene su expectación y no me parece correcto destacar nuestra época o la anterior, creo que hay que vivir el momento y ahora mismo estamos en un gran momento. Pero eso no solo es cosa de los corredores, depende mucho de los recorridos y muchas otras cosas. Creo que el ciclismo es espectacular en todas las épocas.

Durante su trayectoria acumuló 158 victorias, pero ¿hay alguna carrera que se le resistió y se quedó con la espina de no conseguir ganarla?

-Sí, me imagino que habrá muchas, pero especialmente se me resistió la Vuelta a España, que la perdí en las puertas de casa por catorce segundos en la contrarreloj del último día.

¿Y cuál fue su victoria más importante?

-Que la victoria sea importante no depende muchas veces de la importancia de la carrera, sino de las dificultades que pueda tener. Por ejemplo, como anécdota suelo contar que una de las grandes satisfacciones que tuve fue fuera de temporada saliendo con una cuadrilla de amigos, concretamente en Madrid. Solíamos salir los domingos y pinché la rueda delantera, no me dio tiempo a cambiarlo y tiré el tubular. A mitad del recorrido solíamos hacer el hamaiketako y solíamos esprintar. Ese día gané sin tubular, y creo que poca gente lo puede decir. La victoria más importante no tiene que ser una carrera determinada, sino que una prueba entre amigos también puede ser muy importante.

Hasta mañana, 6 de agosto, habrá en Oiartzun una exposición sobre su trayectoria, ¿Qué se puede encontrar en ella?

-Por fin, después de unos cuantos años, en Oiartzun hay muchísimos trofeos, placas, insignias y cosas que he conseguido a lo largo de mi carrera deportiva. No es una exposición fija, pero se está dando un paso importante para que en un futuro se puedan instalar esos trofeos en varios puntos de Oiartzun.

¿Cree que encajaría un corredor de sus características en el pelotón actual?

-Creo que sí, perfectamente además.

Treinta victorias fue su mejor marca en una temporada y en las últimas campañas el récord lo consiguen con 15 o 20. ¿Sería capaz de alcanzar esa cifra en el ciclismo moderno?

-No lo sé. Cada vez hay más competencia, también cada vez hay más pruebas y más participantes. Indudablemente sería más difícil, pero siempre he dicho que incluso ganar jugando a las chapas es difícil, nunca nadie regala nada, y seguro que me seguiría costando muchísimo. Antes tampoco me las regalaba nadie.

¿Qué corredor actual considera que se asemeja más a sus características?

-Un corredor que a mí me gusta mucho y al que podría llegar a tener cierta similitud, por supuesto sin llegar a su talla y su nivel, es Alejandro Valverde.

¿Considera que el año que viene puede volver a mostrar el nivel de este año?

-Pensábamos que no lo iba a hacer este año y sin embargo hay que ver la temporada que llevaba hasta que tuvo el accidente del Tour. Creo que de Alejandro Valverde se puede esperar mucho y bueno todavía.

¿Cómo ve el futuro del ciclismo vasco?

-Desgraciadamente el futuro, por lo que estamos viviendo, es bastante negro, como la situación del país. Si no hay una economía boyante en las empresas y demás es difícil que haya patrocinadores, y sin patrocinadores el ciclismo sabemos que no va muy lejos.

¿Los éxitos de los ciclistas vascos en la actualidad son fruto del trabajo de Euskaltel-Euskadi?

-Indudablemente que en su momento hizo una gran labor y se echa muchísimo en falta. Afortunadamante hay corredores que han salido de la fundación Euskadi, luego ya Euskaltel. La pena es que no exista un equipo de similares características para que puedan tener cabida corredores jóvenes que se ven abocados a dejar la bici en muchos casos.

Por lo tanto, ¿considera que necesita el ciclismo vasco un equipo World Tour para que sigan saliendo grandes ciclistas?

-No sé si imprescindiblemente debería de ser un equipo World Tour, pero por lo menos sí que debería de existir más apoyo y más equipos para que los corredores puedan demostrar y dar el salto para ver si son válidos para esa máxima categoría.

¿Puede ser ese equipo el Euskadi Basque Coutry-Murias?

-Creo que van por el buen camino y poco a poco esperemos que lo logren.