TRas un comienzo trepidante de etapa, en el que los equipos quisieron buscar la escapada buena del día, en busca de un triunfo de etapas por el que suspiran muchos equipos, finalmente fueron seis los corredores que consiguieron formar la fuga. El más listo fue Fedrigo, que dejó atrás a sus compañeros de fatiga y se marchó en compañía de Vande Velde, a quien superó de manera sencilla al sprint, pues apenas le opuso resistencia el corredor del Garmin. El pelotón descansará hoy, por fin, después del desgaste de más de dos semanas de competición en la que apenas ha habido respiro.
Ahora quedan tres oportunidades para que los equipos que no hayan podido ganar ninguna etapa apuren sus opciones de triunfo, pues la contrarreloj del sábado parece que se la jugarán entre ellos Wiggins y Froome y la última etapa, la de París, será cosa de Greipel, Cavendish o Sagan. Por este motivo, seguro que habrá movimientos. Se espera el del Movistar, que cuenta con Valverde y con Cobo, inéditos hasta la fecha en el presente Tour. Euskaltel-Euskadi, por su parte, tratará de pelear como lo está haciendo con Gorka Izagirre y Egoi Martínez.
La de mañana es la etapa reina de los Pirineos, un constante sube-baja, en el que los favoritos no creo que se la jueguen a lanzar la carrera desde lejos, pues parecen tener asumido que Bradley Wiggins llegará de amarillo a París. Si acaso Nibali, que debe ampliar un poco la ventaja que mantiene con Evans de cara a la contrarreloj del sábado, podría jugársela a atacar desde más lejos, pero posiblemente decida esperar a la etapa del jueves, que acaba en alto. Habrá que ver cómo se defiende Haimar Zubeldia también, que tendrá un rival complicado en la figura de Van den Broeck.