Donostia. El regreso de Ion Izagirre a casa tras el Giro de Italia ha estado marcado por los homenajes y los reconocimientos a su gran victoria de etapa. No hay que olvidar, sin embargo, que la mera participación del de Ormaiztegi en la ronda transalpina ya era noticia, puesto que suponía su estreno en una carrera de tres semanas.
Aparte de la victoria, ¿qué es lo que más le ha impresionado de su primera 'grande'?
Pues todo lo que mueve el Giro en sí mismo, la organización y la infraestructura de la carrera. Además, me ha parecido muy bonito cómo vive la gente el ciclismo en Italia. Está muy bien ver que la gente disfrute de tu deporte y que te anime llamándote por tu nombre. Y luego está la belleza del paisaje, porque la carrera pasa por sitios preciosos.
El Giau, el Mortirolo o el Stelvio son muy bonitos vistos por televisión, pero encima de la bici...
Pues en la bici no tienes mucho tiempo de disfrutarlos... Si vas en la grupeta, igual un poco más.
Pero usted no iba en la grupeta.
El Stelvio, por ejemplo, se me hizo eterno. Lo subí con Amets Txurruka y se nos hizo muy largo a los dos. Es una ladera despejada y ves arriba todas las curvas y todas las horquillas que tienes que pasar. Piensas que tienes que subir hasta ahí arriba y, una vez que lo haces, te das cuenta de que todavía te faltan siete kilómetros.
¿Y tanto se nota la altura?
Bueno, yo subí como pude... Y sí que se nota que no te llega tanto el aire. La meta estaba a 2.800 metros, y cuando llegué sí que me noté un poco mareado y atontado.
Ese mismo día se le vio adelante en el Mortirolo ayudando a Mikel Nieve. ¿Qué me dice de la carrera del navarro?
Ha estado muy bien. Hemos terminado contentos con su rendimiento, sobre todo teniendo en cuenta que tuvo una caída en la Volta y pasó varios días parado. Es difícil estar sin hacer nada tan cerca del Giro, porque te rompe toda la línea de entrenamiento. Llegar a la carrera en esas circunstancias, y por lo menos pelear por etapas y estar en el top ten, es de agradecer.
Tras el Giro lleva en Ormaiztegi desde el lunes. ¿Qué se encontró en el pueblo?
Estos días me estoy dando cuenta de la repercusión que ha tenido la victoria. Porque, claro, en Italia estás todo el día metido en la misma rutina, como en una burbuja, y casi ni te enteras. Ahora aquí por la calle me apoya y me felicita todo el mundo. Ves la intensidad con la que se ha vivido todo desde casa. La gente me anima también a seguir trabajando igual que hasta ahora. Desde txiki siempre he andado por el pueblo con mi hermano con la bici, y les hace una ilusión especial que me vaya bien.