donostia. Año y medio después, nadie mejor que él para contar los días, un montón, y las noches, largas y silenciosas, Alejandro Valverde volvió a competir.

Fue en la madrugada de ayer en Australia, en el Down Under Classic de Adelaida, un criterium corto y explosivo a favor del cáncer y telonero la temporada ciclista en el que se impuso un tipo de músculo corto y explosivo, Andre Greipel, un culturista que se subió al tren del Lotto -Henderson, Reynés...- para acabar lanzado varios palmos por delante de Boasson Hagen, Haussler y José Joaquín Rojas, murciano y amigo de Valverde, que sabe porque le conoce bien que el bala, se apostaría el cuello por ello, no tardará mucho en asomar. Que aunque quiera contenerse, ser frío y pausado pensando en que su momento llegará en las clásicas de las Ardenas donde piensa plantarle cara al terrible Gilbert y, más tarde, en el Tour, no podrá hacerlo, porque es un impulso hecho ciclista. Se revolucionará, al ataque, sin tregua, como dicen que hacía durante todo el año pasado cada vez que entrenaba y podía medir su estado de forma con el de profesionales en activo, los de su grupeta y otros, que hablaban y hablan entre maravillados y asustados de cómo las gasta el bala. O como dicen que hizo hace unos días, ya en Australia, entrenando a rebufo del coche de José Luis Arrieta, director del Movistar, que pisó el acelerador hasta que en el retrovisor solo quedó Valverde. Los demás, Rojas, López, Erviti, Gutiérrez, habían reventado.

Ayer, un corto y rápido callejeo por Adelaida, un día para sacar chispas a los 10 dientes del piñón pequeño, una mañana para forzudos, no era un escenario para que se disparara Valverde. Aunque el bala apareció al principio, tendrá más opciones a partir de mañana, cuando arranca el Tour Down Under, para empezar a buscar al Alejandro que dice -"estoy con ganas de encontrarme a mí mismo, de ser el Alejandro Valverde de hace dos años y reencontrarme con la victoria", dijo hace unos días- quiere encontrar. Lo hace, puntualiza, desde la serenidad. No hay rabia ni deseo de venganza en Valverde. O eso dice. "Lo único que quiero es correr y volver a ser el mismo". Hay pocos que lo dudan.

debut de sicard En Adelaida no solo regresó Valverde. También lo hizo, con el maillot de Euskaltel-Euskadi, Romain Sicard tras la odisea que le tuvo todo 2011 en barbecho, de especialista en especialista -Iruñea, Oviedo, Francia...-, para tratar de descubrir la raíz de los problemas que afectan a su pierna derecha, extrañamente debilitada.