Donostia. Tras ver cómo se le había escapado una nueva ocasión para lograr su cuarto título mundial, Óscar Freire admitió la superioridad de Mark Cavendish: "Este año está pletórico, con cinco triunfos en el Tour y ahora el Mundial", que "podía haberlo logrado yo".

Sin embargo, sus opciones se diluyeron a falta de 350 metros, cuando iba a rueda de Hayman, que al apartarse lo dejó en primera posición, sin cobijo del aire. "Mi idea era ir tercero o cuarto, pero me vi muy delante. Iba bien colocado, pero me ha faltado coger una mejor posición, porque cuando Hayman se quitó, me vi primero. Esperaba que no se bajara la velocidad, pero se ha parado. Cuando me han pasado, venían lanzados desde atrás y no he podido hacer nada. Cuando he vuelto a lanzar, he remontado bien, pero ya era tarde".

El cántabro lamentó el desenlace final, porque "me veía fuerte". A falta de dos kilómetros, ya hizo un gesto a Flecha para que lo llevara hacia adelante. El catalán incluso se puso primero en el último kilómetro, y Freire se vio demasiado delante, y sin la ayuda de un Rojas descolocado y un Reynés retirado por caída. Cuando se vio en primer lugar en la recta final, "dudé si lanzar el sprint o esperar. Quizá hubiera sido mejor lanzarlo, pero a más de 200 metros era imposible. No se puede ganar un sprint a 350 metros".

Garate, satisfecho con su labor Aunque hubiera preferido otro final, Juanma Garate acabó satisfecho con su labor como capitán de ruta de la selección estatal junto a Pablo Lastras. "A diferencia de otros años, esta vez no hemos ido a contrapié. Con Lastras en la fuga, teníamos todo de cara y hemos llevado la carrera más cómoda, y Alemania y Gran Bretaña han tomado la responsabilidad. Pero Óscar no ha tenido suerte en el sprint". "No eligió la rueda buena -añadió José Luis de Santos-, pero el trabajo de la selección ha sido muy bueno. No había terreno para endurecer más la carrera, y, aunque Óscar pensaba que Cavendish no iba a llegar, ganó el máximo favorito".