Cabeza de Manzaneda
El gran proyecto nacional del ciclismo gallego, un equipo levantado a imagen y semejanza de Euskaltel-Euskadi, desapareció, bruma, misterio y meigas, a finales del año pasado; su gran figura, Ezequiel Mosquera, lleva sin ponerse un dorsal desde que acabó segundo en la Vuelta 2010. Hace casi un año, desde el 29 de septiembre, que Eze está encallado por el extraño asunto del positivo por HES, un almidón. En la Vuelta que discurre estos tres días por suelo gallego solo hay un ciclista de la tierra, David Blanco, que, pese a que tiene 35 años, paga caro, con asfixia y debilidad, su inexperiencia en el ciclismo más elitista, el World Tour, tras tantos años en la periferia portuguesa. El ciclismo gallego vive una de sus épocas más grises.
Y mira que su tradición ciclista es larga y exitosa. Delio Rodríguez (Ponteareas, 1916-Vigo, 1994) fue el primer gallego que corrió y ganó la Vuelta, en 1945, y ostenta aún el récord tremendo de 40 victorias de etapa. Su hermano Emilio venció en la de 50. Y este año su cumple un cuarto de siglo de la victoria de Álvaro Pino, la última de un gallego en la ronda estatal, en 1986, precisamente ahora que dos británicos aspiran a ganarla, ante el escocés Robert Millar. En la última década, Óscar Pereiro consiguió ganar el Tour, el mayor éxito de la historia del ciclismo gallego, además de un par de etapas suyas y otra de Marcos Serrano en la carrera francesa. 2005, 2006… En 2007 nació el Xacobeo-Galicia para dar salida a la cantera gallega como Euskaltel hace con la vasca. Esa estructura, siempre pendiente de dónde sople el viento político gallego, rescató a Ezequiel Mosquera, un buen ciclista que trabajaba en el aserradero de sus padres mientras era ciclista profesional en Portugal. Allí pensó que acabaría su carrera hasta que le fichó el equipo de su tierra en el que, escalador y regular, acabó siendo el líder. El cénit de ese vínculo, la Vuelta de 2010, la que Mosquera acabó segundo y ganó en La Bola del Mundo. Ni siquiera eso sirvió para evitar que el equipo se desintegrara, un asunto económico-político. Ezequiel se marchó al Vacansoleil holandés, pero nunca ha vestido ese maillot en carrera.
calvario de Mosquera El 29 de septiembre le comunicaron un resultado "adverso" con HES, un almidón que, dicen, puede ser utilizado como enmascarante de la EPO. Once meses después su caso sigue encallado. No hay todavía resolución ni sanción, pero al ciclista no le dan un dorsal. El pasado 3 de agosto, viendo que tampoco correría la Vuelta, tocó fondo.
"Levanto el pie", anunció hace unas semanas abatido, triste, descorazonado, en una carta abierta en la que aseguraba no haber dejado de sentirse ciclista en ningún momento, haberse preparado y cuidado como si fuese a correr mañana, pero que hasta su entusiasmo y voluntad tenían un límite. En agosto dejó de andar en bicicleta. Había resistido mucho. ¡Diez meses! Con sus días y, lo peor, sus noches. "Me han tenido esperando, en silencio, esperando… callado, sin dormir por las noches de la rabia… ¡Eso hay que vivirlo!". Esa frase define mejor que nada su exasperación. Que tuviese que recurrir en alguna ocasión a los ansiolíticos para enmascarar la depresión y que su mujer, embarazada, empezara a tener problemas a partir del sexto mes de gestación, lo corroboran. Tuvo que refugiarse en el silencio y distanciarse del asunto para subsistir. Salía a entrenar en bicicleta, pero cuando volvía a casa el ciclismo se quedaba en el felpudo. En ninguna de las conversaciones se mencionaba. "Era una cuestión de salud mental y bienestar familiar", dice. Se acostumbró a esa vida civil mientras su caso languidecía en algún despacho. Para defenderse, los abogados de Mosquera esgrimieron que el producto hallado en su orina durante una etapa de la Vuelta era un almidón modificado, la materia prima de los carbohidratos empleados en todos los suplementos de uso deportivo, nutricional o hidratante. Y que no hay ningún almidón o glucosa que destruya ninguna otra molécula de cualquier sustancia, sea dopante o no. Mosquera sigue a la espera de una solución pero ha cambiado de piñón. "Es necesario tener un plan B en la vida y el chip ya lo he cambiado hace tiempo. No te queda otra si no quieres volverte loco". Del pozo también quiere salir el ciclismo gallego. De entre los rescoldos del Xacobeo-Galicia ha sacado la cabeza el Equipo Galego Sempre, un proyecto a largo plazo que quiere sentar las bases de un nuevo equipo profesional. Tampoco olvidan los gallegos a su último héroe. Le recordaron ayer en La Manzaneda. Con pintura blanca. "Ezequiel solución", reclamaron.