donostia. Javier Ruiz de Larrinaga sumó ayer su tercera victoria consecutiva en la Copa de España. "Siempre se dice que la primera es especial, pero la tercera sabe mejor por ser la tercera seguida pero sobre todo por haber sido la más disputada. Ha sido la edición con menos pruebas, sólo cuatro, pero también la más igualada hasta el final", resumió el alavés mientras regresaba por la tarde a casa.
La incertidumbre por conocer el vencedor final se rompió a falta de tres vueltas, cuando a Isaac Suárez se le salió el tubular de una rueda. "Ese percance ha facilitado todo, porque me valía con ser segundo para mantener el liderato. Pero a todos nos gusta vencer, y he buscado ganar la carrera, aunque Murgoitio iba muy fuerte".
La Copa de España es su novena victoria de esta campaña, pero, por encima de los triunfos, Larrinaga valora su "mejora, sobre todo técnicamente. Espero tener aún margen de progresión, pero en un circuito como Igorre, que siempre se me había dado mal, pude rendir mejor, lo que me ha dado moral" y, lo que es más importante, "confianza" para "poder estar más arriba" en el concierto internacional.
Sus próximas citas pasan por Bélgica, el sábado en Amberes (C1) y el domingo en la Copa del Mundo de Kalmthout, donde coincidirá con Suárez y Murgoitio. "Quiero hacerlo bien, pero dependerá también del circuito que nos encontremos. Es posible que haya hielo", aventura.
"Ilusión" por el Mundial Después volverá a centrarse en dos de los tres grandes objetivos que se ha marcado: los campeonatos de Euskadi del día 26 en Zeberio y de España, el 9 de enero en Zamora. Entre ambas pruebas, se pondrá el dorsal en Itsasondo y Ormaiztegi.
Las tres últimas semanas de enero medirá su capacidad ante las grandes figuras de la disciplina. "Ya te digo que estoy con ganas de sufrir y mejorar en el calendario internacional. Este año me hace especial ilusión el Mundial (el 30 de enero en la localidad alemana de Sankt Wendel), y para prepararlo correré las dos pruebas de la Copa del Mundo que se disputarán las semanas previas", concretamente en Pontchâteau (Francia, día 16) y Hoogerheide (Holanda, día 23).