Los palmeros que se dedican a ensalzar el Estado de derecho tienen todavía mucho que revisar para borrar las profundas consecuencias del golpe de estado de Franco que derribó la II República e implantó la dictadura sobre el pueblo español.
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Además, al morir el dictador, Fraga, el falangista Suárez y su banda organizaron la Transición, decretando la amnistía general para eliminar los indicios del alzamiento. Todo un teatro para manipular al sumiso pueblo español vencido, que ha aceptado lo que hoy es el Estado de derecho por los golpista y demócratas reconvertidos.
Pero, para recuperar la legitimidad derrocada por Franco en 1936 falta convocar un referéndum sobre la monarquía. El ejercito ha de pedir perdón al pueblo por derribar la legitimidad republicana y apoyar el régimen de Franco. La Guardia Civil y la Policía tienen que disculparse por torturar a patriotas enterrados en las cunetas. La judicatura debe responder por las sentencias basadas en la legislación de excepción golpista y por los reiterados incumplimientos de sentencias contrarias a la legislación de la UE que ha provocado el amotinamiento de facto del CGPJ, paralizado cinco años porque jueces estrella obstruyen las sentencias de los tribunales internacionales porque no tramitan las 4.000 denuncias de tortura de presos vascos por la Policía y la Guardia Civil.
Incluso el fiscal general está procesado como consecuencia de la impericia y falta de independencia de varios jueces de la extrema derecha. No obstante, España ocupa un papel de líder económico en la UE.