Las guerras siempre son un fracaso. Reconozco que la situación internacional está al rojo vivo, pero las guerras “ganadas” son también guerras “perdidas”. ¿Por qué? Porque se pierden personas y bienes. Y la victoria no significa la paz, sino simplemente una tregua tensa en la que las “heridas” cicatrizan muy difícilmente. La guerra es un mal en sí mismo, porque en ella todos, vencedores y vencidos, pierden. Necesitamos una Europa de valores éticos y no sólo unos países europeos que son capaces de organizar un buen mercado. Creo que el ideal europeo no debe ir por aquí. Necesitamos una ONU más potente, más real y que arbitre mejor los conflictos políticos internacionales. Es clave una reducción del armamento militar a nivel mundial y a nivel estatal, y dedicar más recursos a programas sociales, alimentos, sanidad y educación. Si no vamos al precipicio. No al “homo homini lupus” (el hombre es un lobo para el hombre), sino cambiarlo por “si quieres la paz, prepara la paz”.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
