La huella humana En septiembre de 2017 cursé cuatro denuncias en la Fiscalía de Gipuzkoa contra los ayuntamientos de Hernani y Urnieta, contra la Diputación de Gipuzkoa y la Agencia Ura. Broche final a cuatro décadas llamando al 112 con cada vertido en Akan erreka que, proveniente de Urnieta, desemboca en el Urumea en Hernani. Reclamé directa e infructuosamente en las instituciones nombradas. Agradezco a la fiscal su atención al recibirme y a la patrulla de la Ertzaintza venida de Bilbao, así como al guarda de la Agencia Ura por su celo profesional e interés para actuar con prontitud en cada nuevo aviso al 112. Después de localizar las causas y causantes de los vertidos, el Ayuntamiento de Urnieta lo resolvió a un costo elevado. Pero es una pena que no luzca todo lo que podría ser, ya que esta preciosa y limpia regata continua biológicamente "muerta" o en situación de baja fertilidad biológica a falta de "injertarle" vida. Le sobra belleza y le falta vida animada a pesar de mis solicitudes. A las sociedades gastronómicas donostiarras les sobra ánimo y quizás por ello se permiten traer a sus platos muerte a precios lujuriosos que para nuestros ríos sería vida, alegría y reproducción en movimiento de anguilas y esturiones. Una vez más, la huella humana se parece más a una garra que a una mano, pero confío en que harán mejorar nuestros ríos al madurar nuestras conciencias.

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