Primero en Navidad y más tarde en el Año Nuevo, son las fechas donde más besos y abrazos nos damos, y en la distancia nos los deseamos. Ser lo que somos, convertirnos en lo que somos capaces de ser, es la única finalidad de la vida. Resulta curioso que tan pocos sean capaces de hacer tanto daño a tantos, y lleven la tragedia y desolación a tantos inocentes. Se atribuye a Quevedo, que decía que la mejor señal de ser bueno es ni temer ni deber, y la mayor maldad, es ni temer ni pagar, y aquí habría que encuadrarlos a los causantes de tantas atrocidades, que posiblemente cuando acabe todo esto les salga “gratis” Aquel cuya sonrisa le embellece, es bueno; y aquel cuya sonrisa le desfigura, es malo. Observemos a los responsables de estas tragedias, causadas por Rusia, una, y la otra en Oriente Medio, y hagamos un esfuerzo, pidiendo que todo esto acabe pronto.
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