Buenos y malos
Los que peinamos canas hace ya muchos años recordamos con nostalgia aquellas películas del legendario oeste americano donde todos captábamos enseguida quién era el malo y quién el bueno, y cuando éste salía en persecución de aquél, todos, absolutamente todos, aplaudíamos a rabiar, es decir, todos estábamos en contra de los malos. Bien es cierto que hoy es más complicado, que no es el caso del feo y del guapo, que es más fácil determinar quién es, si bien hemos de tener en cuenta, que la cara es el espejo del alma, que se dice, y ha habido sanguinarios que eran muy bien parecidos. Después de escuchar hablar a una persona que no sabe más que decir descalificaciones y sacarse datos de la manga mintiendo descaradamente, hay que ser corto de talla mental para darle tu voto. Afinemos la puntería por si nos llegara a hacer falta nuevamente. Antxon Villaverde