En las comunidades autónomas que tienen otro idioma oficial, la rotulación exterior de los edificios públicos suele ser bilingüe. Sucede esto en los ayuntamientos, administración autonómica, estatal o con los tribunales de justicia. Es así desde hace décadas. Pero hay tres excepciones: Guardia Civil, Policía Nacional y Ejército no utilizan en este ámbito los otros idiomas españoles. Es debido a un residuo ideológico de esa época en la que se consideraba que el gallego, catalán o euskera eran antiguallas abocadas a una extinción necesaria y deseada. Pero esa visión atenta contra el patriotismo español e introduce permanentemente elementos de discordia, perjudicando a la convivencia. Por otra parte, hay localidades de Cataluña, Euskadi o Navarra donde el castellano es excluido de la rotulación oficial. En ambos casos se produce esa misma conjunción entre quienes sostienen un nacionalismo autoritario (de uno u otro signo) por una parte y la inacción de algunas autoridades por otra. Hablando de inacción, no se entiende a qué esperan los ministerios del Interior y Defensa para finalizar con esa anomalía.