Los últimos ataques rusos contra infraestructuras civiles en Ucrania reflejan la determinación de Rusia por minar la moral de la población, la misma que demuestra el ejército ucraniano al defender cada centímetro de terreno en Bajmut, haciendo muy cara su conquista para el grupo mercenario Wagner. Se acercan momentos decisivos. Con la primavera se espera la temida ofensiva y se hacen más acuciantes los llamamientos del Gobierno de Zelenski para el envío de armas. La Comisión Europea propone una compra conjunta por unos mil millones, un plan ambicioso que, sin embargo, queda lejos de las necesidades ucranianas. Pese a los problemas de suministro de Moscú, pienso importante tenerlo en cuenta, el número de proyectiles disparados cada día por los rusos es diez veces superior al de los ucranianos.