Hace poco Irán y Arabia Saudí acordaron restablecer relaciones diplomáticas gracias a la mediación China; ahora Xi Jinping ha visitado Moscú y debajo del brazo trae su plan de paz para Ucrania. De lograrlo serían dos tantos para su diplomacia. China quiere perfilarse como el nuevo hegemon mundial. Pero no nos engañemos, con esta política conciliadora preguntemos a Filipinas, Vietnam y otros países cuya soberanía nacional se ve mermada por la línea de 9 puntos que estableció el Imperio del Centro en el Mar de la China Meridional mediante la que menoscaba los derechos de los países limítrofes. EEUU lo tiene en cuenta y por eso desde Obama tratan de reorientarse hacia Asia, el nuevo tablero mundial. Por último, China podría lograr lo contrario de lo esperado en Oriente Próximo: cuanto mejor relación tengan los saudíes y los persas, mayor será el distanciamiento de los países árabes con Israel. Y es que si algo acercaba a hebreos y árabes era su miedo a la nación persa.