La moción de censura de Vox tiene dos objetivos: blanquearse a sí misma y dañar al PP que aún ignora cómo proceder ante Vox. Feijóo la tilda de "show" pero, ni aun así, se atreve a votar en contra como hizo Casado, o como harían en Europa, y optará por la abstención por si Vox se enfurece y lo necesita en el futuro para gobernar. Y como la iniciativa servirá para visibilizar el modelo de España que quiere Vox, en el PP existe cierta intranquilidad porque, obligado a retratarse, aflorarán sus contradicciones que se podrían traducir en una pérdida de votos. En cualquier caso, el partido antisistema de Abascal, que pretende machacar derechos y autonomías, aspira a convertirse en actor principal del elenco de la derecha evidenciando que el PP, a pesar de tener más diputados que ellos, es incapaz de tomar la iniciativa haciendo dejación del liderazgo de la oposición; pero, con Tamames como candidato, a lo mejor le sale rana y está por ver si Vox no acaba votando en contra de su propia moción.

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