El PP está cautivado con el modelo tránsfuga italiano, que suma decenas de casos cada año. Desde el tamayazo en la Asamblea Regional de Madrid, hace lustros, lo ha practicado hasta convertirlo en tradición. Hace poco en Murcia, y ahora sube la apuesta fichando a Sayas y Adanero, expulsados de UPN por votar, junto a PP y Vox, contra la reforma laboral desobedeciendo las órdenes de partido.
Este descocado chaqueteo –sí, porque el candidato obtiene su representación al presentarse por un determinado partido y cuando abandona la disciplina de voto de su formación conculca la voluntad del elector–, no se hizo por altruismo. Además de terriblemente antidemocrático, hiede a corrupción. Quien lo fomenta –el partido receptor– tiene un gran historial de podredumbre. El PP, con su actitud, demuestra lo que piensa de la política: algo que se puede amañar pagando el precio conveniente. La democracia en venta.
Señoras y señores del PP, sean valientes y abónense de una vez a la democracia.
