Recientemente han sorprendido a Simplicius unos comentarios sobre los inconvenientes de beber vino para la salud mental. Toda la vida hemos oído, que beber vino con moderación y sobriedad, era altamente beneficioso para el ser humano, pero ahora estos modernos iconoclastas quieren enmendar la plana a los más sabios bromatólogos que en el mundo ha habido. Según la madre de Simplicius, que era mujer muy inteligente, que sabía inventar una frase sentenciosa cuando le convenía, decía que en el Eclesiastés que como todos sabemos es un libro de lo más sagrado, pone que “el buen vino bebido a tiempo y con moderación es bienestar del cuerpo y alegría del alma”. Simplicius disciplinadamente, ha seguido toda su vida tan sabia máxima, reservándose naturalmente el derecho a decidir hasta donde llegan la sobriedad y la moderación. Ahora dicen que beber aunque sea un poquito de vino no deja prosperar las neuronas y finalmente arruina el cerebro. De ser esto cierto, Simplicius después de casi setenta años de fiel y gozosa relación con el vino estaría completamente gagá y por el contrario está cada día más listo y espabilado. También es posible en su caso, que el vino que en esos años ha bebido, se haya tomado muy en serio el trabajo de destruirle neuronas, para evitar que estallara un cráneo incapaz de contener tanto talento acumulado.
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