2+0+1+7=10
Dentro de poco comenzarán los tambores del día de San Sebastián. Hemos estrenado el mes. Iniciamos otra nueva vida, aunque igual seguirá por los mismos derroteros, pero la clave es saber vivir, saber dar sentido a las pequeñas cosas que hacemos, saber degustar el transcurrir cotidiano, sacándole el mayor jugo posible.
Algunas veces decimos que saber vivir es un arte. Y es verdad. Además, aquí radica la felicidad. Vivir para vivir, pasar por la vida, matar el tiempo no son caminos de felicidad. Saber vivir no es existir por existir, ni vivir egoístamente, sino dar sentido a los días entregándolos a los demás.
Estamos leyendo balances del año que ha finalizado. Ya sé que ha sido un año complicado, en el que unos habrán tenido que adaptarse a nuevas situaciones complejas y dolorosas; y otros, han sentido el año lleno de encuentros, ilusiones y metas cumplidas. Solamente deseo que este 2017 podamos convertirlo en una oportunidad para nuestro autodesarrollo y el de las personas que están a nuestro lado. ¿Qué propósitos tenemos para el 2017? Seamos realistas y pongamos metas coherentes con el presente que estamos viviendo. Deseo que seas feliz o intentes ser feliz, aunque muchas veces sea de noche. Tolerancia, verdad, justicia y esperanza he aquí las cuatro patas de la buena mesa.
Necesitamos inyecciones de amor y no de violencia, de perdón y no de odio, de diálogo y entendimiento y no de descalificación, de militancia y compromiso, voluntariado y generosidad, y no de inacción. No a los pensamientos basura y sí a la vigilancia y a la atención.