En estos tiempos de zozobra y malos augurios, siempre se agradece que haya un toque de humor en las noticias. Porque algunas no son verdad, no pueden serlo.
El Parlamento Vasco aprobó en sesión del 30 de mayo pasado una pensión vitalicia para el lehendakari Patxi López de 97.519 euros. Otra que aún es más graciosa, que el señor Carlos Dívar, que ha tenido que dimitir de presidente del Supremo por trabajar en fines de semana desplazándose para ello a los más diversos lugares, pide una pensión compensatoria de 8.670 euros al mes, además de la pensión que le corresponda. Los diputados españoles en el Parlamento Europeo han decidido por votación continuar volando en primera clase con cargo al presupuesto. Solo tres de ellos se han mostrado a favor de viajar en clase turista. Otros tres se abstuvieron y el resto, unos 40, se reiteraron en continuar haciéndolo en primera.
La diputada por el PP, doña Andrea Fabra, hija del que fuera presidente de la Diputación de Castellón, en sesión del Parlamento de España, en la que se votaron y aprobaron recortes en las prestaciones de desempleo, tuvo la genialidad de gritar ostensiblemente al conocerse el resultado: ¡Que se jodan! El presidente le reconvino y nuestra representante hubo de disculparse, gracias a Dios, sin ninguna otra sanción. A mí, francamente, me parece que estos dignos caballeros y señoras tienen un gran sentido del humor y que la ciudadanía no nos los merecemos. Yo, personalmente, me siento perfectamente representado y creo que deberíamos mostrarles nuestra admiración y confianza por la forma de realizar su gestión para sacarnos de la crisis de la que los ciudadanos somos responsables exclusivos.