Cartas a la Dirección

ERROTABURU, como otros barrios periféricos, tradicionalmente ha tenido pocas posibilidades de integrarse en las actividades y celebraciones festivas de la ciudad que mayoritariamente se sitúan en el centro urbano. Otro año más la iluminación decorativa navideña ha pasado de largo y ha dejado a una parte de sus vecinos con un regusto amargo que se debate entre el hagamos frente común a la crisis y el perpetuo olvido de las periferias.

Cuando la luz no te ilumina lo más fácil es que te envuelva la sombra. En Errotaburu se han afincado unas oscuras sombras que agazapadas de noche (y de día) se cuelan en nuestros bares, comercios, garajes y viviendas, que primero destrozan para hacerse paso y luego se apropian de nuestras pertenencias. Es igual que alguna vez sean interceptadas y alumbradas con las linternas de policías de servicio (ante el requerimiento de un vecino insomne) la sombra vuelve a la calle (con nueve faltas similares a sus espaldas) y agazapada esperará su próxima oportunidad para deslizarse dentro de una propiedad ajena.

Despleguemos las luces festivas y arrinconemos las ladronas sombras.

Joxean Aristizabal Balda

Donostia