La señora Mendía proclamó por activa, por pasiva y por otras ivas (y benías) que el pueblo vasco era suficientemente maduro como para necesitar mediadores, con lo que daba a entender, nolis volis, que otros pueblos no alcanzan la madurez; así los británicos e irlandeses, sudafricanos, etc. Mientras, el señor Jáuregui comadreaba con enviados vaticanos para que sus sucursales vascongadas, tan imbuidas de conciencia nacional furiosamente hispana, salsearan para solucionar el conflicto existente. El señor González Pons, haciendo gala de su espíritu castizo, decía que las personalidades internacionales no tenían ni pajolera idea de lo que por aquí pasaba; y López estaba sacando fotitos al otro lado del charco.

Mi sorpresa surge al leer el editorial del pasado lunes en su periódico, en el que se habla de los "eufemismos de la izquierda abertzale" al decir "las consecuencias del conflicto"; me sorprende ya que tal expresión la usaron Annan, Adams, Joxe et alii., que que yo sepa no son miembros de tal izquierda. Así las cosas, me da por pensar que, o bien el redactor se equivoca, o bien tienen razón quienes afirman, ¿él entre ellos?, que la tal conferencia y sus conferenciantes fueron adoctrinados por la izquierda abertzale (¿por medio de Lokarri?), con lo que se demostraría, vamos digo yo, la capacidad de convicción de tal formación política (si le dejan serlo) o la fortaleza de sus argumentos, que llegan a convencer a personalidades bregadas en distintas batallas, no terroristas, por cierto.