La propuesta de Martin Garitano de gobernar en Gipuzkoa en minoría "obedeciendo a la Juntas Generales" es, seguramente, debido a la situación novedosa en que nos encontramos, pero de todas formas yo la recibo como lo que hace tiempo debió ser. Efectivamente, el Ejecutivo es lo que debe de hacer, ejecutar las decisiones de las asambleas, sean estas Juntas Generales, Parlamento en Iruñea o Gasteiz.
No es la democracia el sistema en el que las decisiones se toman en la sede de uno o dos partidos, en el menos malo de los casos, y luego se llevan a la asamblea para ser aprobadas. Es en las asambleas donde se debaten las propuestas que, una vez aprobadas, se llevan a efecto por el Ejecutivo.
La acción política, que según parece está bastante alejada de la sociedad, se debe regenerar basándose en más democracia participativa y no al contrario. No es de recibo lo del jefe de turno que indica, manda bemoles, con los dedos al resto de -sus- parlamentarios lo que deben de votar en cada momento. Tal parece que ni siquiera dentro de los grupos parlamentarios se han discutido los asuntos. Y luego nos escandalizamos de las largas manos de algún parlamentario que vota por su compañero ausente.
Todo el poder, a las Juntas Generales y a los Parlamentos de Iruña y Gasteiz, y los gobiernos y diputaciones, a hacer su papel: a ejecutar lo que ellos manden.