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Oleada y Oleaje

El Ayuntamiento de Donostia con el alcalde Elorza a la cabeza ha viajado estos días a Madrid para defender la candidatura de Donostia a la Ciudad de la Cultura 2016. Venden una y otra vez la oleada de participación ciudadana.

Mientras ellos se van, algunos nos quedamos preguntándonos una y otra vez como se conjuga esa de su oleada con nuestro oleaje. Mientras ellos hablan da cultura, algunos pensamos en lo que a nuestro entender, es cultura. c versus C, oleada versus oleaje. Oleaje que surge de nuestro interior cuando vemos la tala indiscriminada de unos bellos árboles -de los poquísimos que teníamos- sin un planteamiento serio, con un protocolo en el que no se tiene en cuenta ni el respeto a los árboles, ni el respeto a la ciudadanía. Oleada la que se refiere a la importación de árboles del norte de Europa, de gran porte, caros, para Cristina Enea. Oleaje cuando vemos el derribo de la zona deportiva; oleada cuando nos prometen -que no comprometen- hacer lo posible para algo parecido en un par de años. Oleaje con nubes de polvo contaminado y ratas que salen de su escondrijo ya no seguro; oleada cuando se dirige nuestra mirada hacia los pavos reales y la ranita meridional. Oleaje cuando vemos que el alcalde y todos los concejales no cumplen con su trabajo y oleada su discurso vacío y superficial.

Se dice, en los foros que parecen entender de esto, que el entorno es muy importante para el desarrollo de la gente, para su comportamiento social. Les invito a dar una vueltecita por Herrera, a media mañana de cualquier día laborable. Verán claramente el oleaje y la tempestad del trabajo mal hecho, que dura varios años y que durará otros tantos y que se da, cuando les interesa, día y noche. Comprueben el ruido y las vibraciones, los olores, el polvo que respiramos, la inseguridad para hacer algo tan normal en cualquier parte como es ir a la compra, no esperen pararse a hablar con un vecino, se lo puede llevar por delante una bici, una moto o un camión. De oleada, no verán nada. No es bueno que quienes son meros administradores de los intereses ciudadanos, trabajen con tanta diferencia de criterios y presuman de oleadas cuando lo que hace es provocar oleajes.