Los números c/Easo 22 y plaza Easo 1 y 2 van a ser eliminados sin que exista, en opinión de la Asociación en Defensa del Patrimonio, una razón suficiente que lo justifique.

Destinadas en origen a una clase obrera cualificada, y con una tipología diferente a las de las grandes casas burguesas de su entorno, mantienen la alta calidad de los materiales, el tipo de construcción y la armónica dignidad de sus fachadas. Estos edificios de piedra labrada, catalogados y protegidos, parte imprescindible del patrimonio arquitectónico del centro histórico que contribuyen a definir, se encuentran en perfecto estado de conservación. Al menos uno de ellos ha sido recientemente rehabilitado por los propios vecinos que en su mayor parte se muestran reacios a abandonarlos. Se van a derribar con el único propósito de construir un vial elevado que amplíe los accesos directos a la nueva urbanización del Cerro, cuando ya existe, además del de Aldapeta, el de la calle Amara. Los enormes gastos e inconvenientes, y la innecesaria destrucción de una valiosa parte de los cada vez más escasos bienes patrimoniales de la ciudad, que supone esta opción, debe hacer que se consideren otras alternativas más válidas.

No se puede entender que mientras profesionales de la cultura y políticos de la oposición son desalojados a fuerza por la Policía en el barrio del Cabañal de Valencia, por oponerse al derribo de tres pequeñas y semi-abandonadas casas de ladrillo, carentes del valor arquitectónico, histórico y artístico de estos nobles y bellos edificios de San Sebastián, nuestros representantes políticos, entidades culturales, historiadores y estudiosos, ni digan ni hagan nada al respecto.