La sociedad avanza y la tecnología cada vez tiene más importancia en nuestro día a día, cambiando radicalmente nuestra forma de relacionarnos de unas décadas a esta parte con la llegada de los teléfonos inteligentes y todo lo que incluyen. Por ejemplo, las aplicaciones de mensajería, que han transformado los modos de comunicarse e incluso de escribir. Abreviaturas, palabras incompletas o incluso con faltas de ortografía para ahorrar tiempo y la generalización del uso de emojis para reemplazar palabras o para expresar con ellos cómo nos sentimos.
Refranes y emojis
La educación no es ajena a esa evolución y en los libros de texto de colegios e institutos tratan de acercarse a esas nuevas realidades, pero en el caso que ha mostrado Alberto en la red social Threads parece que no lo han terminado de conseguir. “Ejercicio del libro de Lengua de Anaya de 1º de la ESO. ¿Alguien me explica cuál es la solución? No entiendo una mierda”, publica este profesional de la industria del cine.
Lo que hace es adjuntar una foto del ejercicio en el que los estudiantes, de 12-13 años, tienen que unir con flechas unos emojis con unos refranes o frases hechas que todos conocemos, como “Más vale pájaro en mano que ciento volando”, “A mal tiempo buena cara” o “A palabras necias, oídos sordos”. La cuestión es que esa sucesión de emoticonos no es ni mucho menos una transcripción en dibujos de lo que dicen los refranes, lo que hace que la mayoría de las personas que los ven no sean capaces de realizar ese ejercicio.

Ni ChatGPT es capaz
“Juro que no está editada. Cualquiera que tenga el libro puede comprobarlo. Mi hijo dice que no han hecho el ejercicio en clase porque ni el profesor sabe la solución”, añade Alberto en los comentarios al post. Y en ellos también puede leerse que muchos de los usuarios de esa red social de Meta no son capaces de realizar el ejercicio, o lo hacen tirando de mucha imaginación o por descarte.
Incluso hay quien ha recurrido a la inteligencia artificial, pidiendo a ChatGPT que resuelva el ejercicio y lo que el chatbot propone son sucesiones de emoticonos que nada tienen que ver con los propuestos.

Ante semejante actividad, una usuaria de Threads ha triunfado con su triple reflexión. “A mí me sorprenden tres cosas: 1. Que el ejercicio del libro esté mal y que lo hayan publicado sin revisar. 2. Que ese sea el nivel de 1° de ESO. Esos 'juegos' los hacíamos nosotros con 6-7 años en Primaria. 3. Que apenas nadie esté sorprendido por el bajo nivel mostrado (o que casi nadie lo mencione)”, escribe.