El atletismo, en concreto las pruebas en las que se trata de correr, el objetivo es cruzar la línea de meta en el menor tiempo posible. Por eso se han hecho virales unas imágenes en las que un atleta no quiere atravesar la cinta y se espera 30 segundos parado junto a ella para terminar cruzándola en primer lugar. Y no lo hacía para dejar ganar a otro por deportividad o para entrar de la mano con otro corredor, como se ha visto alguna vez en otras carreras. Había otra razón.

El deportista en cuestión es Luis Agustín Escriche, un aragonés que vive en Paterna (Valencia), que participó este domingo en la Media Maratón Kaki Persimon, en la localidad valenciana de L’Alcudia, una carrera que no otorgaba un premio económico por ganar pero sí 150 euros por batir el récord de la prueba, que estaba hasta entonces en 1 hora, 9 minutos y 20 segundos. “Yo no llevaba mucha idea de ir a por ello, porque mi objetivo es la Media Maratón de Valencia y no quería exprimirme mucho. Pero en el kilómetro 12 me quedé solo, vi que iba con tiempo de récord y dije: ya que estamos, vamos a intentar batirlo”, afirmaba el atleta este lunes en conversación con @el_trinkel.

Entonces Escriche decidió ir a batir el récord pero con la idea de no rebajarlo demasiado, para así poder volver a optar al premio económico el año que viene. Pero las distancias recorridas que le marcaba su reloj no coincidían con las señaladas por la organización en el suelo; había 200 metros de adelanto en su reloj, con lo que el aragonés “iba un poco perdido: sabía que podía batirlo pero no sabía por cuánto”.

Y cuando estaba a punto de cruzar la meta comprobó que iba a rebajar el récord en más de un minuto, así que se paró justo a un paso de la cinta y se dedicó a dejar pasar el tiempo, unos 30 segundos, mirando por si acaso hacia atrás para asegurarse de que ningún otro atleta se acercaba, entre la incredulidad del público y del propio speaker, que le animara a que cruzara la meta.

Finalmente lo hizo con un tiempo de 1 hora, 8 minutos y 45 segundos, con lo que rebajó el crono en 35 segundos. “Lo volvería a hacer y apuraría más el tiempo porque aún había un poco de margen”, afirmaba este lunes tras el revuelo que ha tenido el vídeo de esos instantes finales de la carrera. Una maniobra muy extraña e inusual pero legal.

Escriche, que no vive del atletismo sino de su trabajo de educador social, se mostraba algo disgustado ante las críticas recibidas por su actuación. “Al final se está hablando más de esto que del propio récord y de la carrera. Si hubiese entrado normal no se hubiese hablado ni de la carrera ni del récord. Y si no se hubiese batido el récord, habría sido como si no hubiese existido la carrera. Al final es la sociedad en la que vivimos, se busca el mínimo detalle o error para criticar y hablar de todo. Tenemos que convivir con ello, pero es un poco triste, la verdad”.