Adiós a los granos de la espalda: un dermatólogo explica la solución
Muchas veces se relaciona el acné en la espalda con hábitos cotidianos, como la forma en que lavamos el cabello
Los granos en la espalda, conocidos como bacné, son un problema más común de lo que parece, y aunque muchas personas asocian su aparición con una mala higiene, no siempre se debe a este motivo. De hecho, un error muy habitual en la rutina de cuidado personal puede estar detrás de este incómodo problema: el lavado del cabello.
Según explica el dermatólogo Carlos Morales en su perfil de Instagram, una de las principales causas del acné en la espalda está relacionada con los restos de champú, acondicionador o mascarilla que quedan sobre la piel tras el lavado.
Estos productos suelen contener siliconas, aceites u otros componentes que, al no aclararse bien, pueden acumularse en la superficie cutánea. El resultado es la obstrucción de los poros, lo que favorece la formación de puntos negros, espinillas y granos inflamados.
Este fenómeno es particularmente común en personas con pelo largo, ya que las hebras húmedas rozan continuamente la espalda, depositando en la piel residuos que alteran su equilibrio natural.
El detalle que marca la diferencia
El bacné asociado al lavado del pelo puede prevenirse con cambios en la rutina de higiene. El doctor Morales recomienda seguir un orden específico al ducharse:
- Lavar primero el cabello. De este modo, los restos de champú o acondicionador se eliminan antes de limpiar el cuerpo.
- Recoger el cabello tras el aclarado. Evitar que el pelo mojado caiga sobre la espalda ayuda a reducir el contacto directo con la piel.
- Aclarar bien con agua tibia. El agua muy caliente puede resecar e irritar la piel, mientras que la tibia permite eliminar eficazmente los residuos sin dañar la barrera cutánea.
- Usar un gel específico para la espalda. Los productos que contienen ácido salicílico son especialmente efectivos, ya que ayudan a desobstruir los poros y previenen la formación de granos.
Este sencillo cambio de hábitos puede marcar una gran diferencia en la salud de la piel.
Factores a evitar
Además de ajustar la rutina de ducha, es importante tener en cuenta otros factores que pueden agravar el acné en la espalda:
- Evitar el uso de esponjas ásperas: aunque la intención sea limpiar a fondo, la fricción excesiva puede irritar la piel y empeorar la inflamación.
- No abusar de exfoliantes físicos: lo recomendable es recurrir a exfoliantes químicos suaves, como los que contienen alfa o beta hidroxiácidos, que limpian los poros sin agredir la piel.
- Elegir ropa transpirable: los tejidos sintéticos, sobre todo durante el ejercicio, retienen sudor y bacterias que favorecen la aparición de granos.
Más allá de la higiene
Aunque el lavado del cabello es un factor clave, no es el único que influye en el bacné.
La genética, los cambios hormonales, la alimentación o el estrés también pueden desempeñar un papel importante. Por ello, si los granos en la espalda persisten a pesar de seguir una rutina adecuada, lo más recomendable es acudir a un dermatólogo para recibir un diagnóstico y tratamiento personalizado.
Por lo tanto, el acné en la espalda no siempre es señal de una higiene deficiente, sino que muchas veces se relaciona con hábitos cotidianos aparentemente inofensivos, como la forma en que lavamos el cabello.
Prestar atención al orden de la ducha, aclarar bien los productos y cuidar la piel con geles adecuados puede marcar la diferencia entre una espalda libre de granos y una con brotes recurrentes. Con pequeños gestos y la guía de un especialista, es posible mantener la piel sana y evitar que el bacné afecte a la confianza y bienestar.
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