El SC Magdeburg será el rival del Füchse Berlin al derrotar en un polémico partido al Barça (30-31). Por primera vez desde la final entre Montpellier y Nantes en 2018, la final de la EHF Champions League tendrá dos rivales de la misma Liga. Y por primera vez desde 2014, dos alemanes, que ya llevan casi 20 años arrasando en la European League...
A la EHF le agrada el eslogan de que en la Final Four de Colonia puede pasar cualquier cosa. Y a tenor de la mala imagen que ha presentado el terreno de juego en las dos semifinales después de actuaciones y fuegos artificiales, con jugadores resbalándose, claro que puede pasar.
En el primer choque, Mathias Gidsel fue descalificado por una dura entrada a Kauldi Odriozola, empeorada por el resbaladizo suelo. El zumaiarra se libró de terminar con el tobillo destrozado. En la segunda semifinal, en una jugada similar, Aitor Ariño se fue a la caseta a falta de minuto y medio. Su descalificación se sumó a la inferioridad que el Barça ya tenía y terminó con cuatro jugadores de campo. El Magdeburgo terminó en el últimos segundo por el extremo de Tim Hornke, por fuera, como manda la academia. 30-31 y habrá final alemana.
Primero, amago de tormenta
Vayamos al principio. Una fuerte tormenta en el exterior del Lanxess Arena y ante la que las pantallas del pabellón recomendaban guarecerse hasta que escampara precedió a un duelo que el Barça quiso empezar así. En la línea de alta velocidad presentada en la Fase Final de la Copa del Rey, quiso hacer correr al Magdeburgo, que no volvió a coger a los culés hasta que Claar empató la contienda en el 5-5. Aun así, pocos segundos precisó un cuchillo como Dika Mem para volver a adelantar a los suyos.
El Barça trabajaba bien los ataques, con un excelso trabajo tanto con y sin balón de Luis Frade en el pivote, para que los uno contra uno de la primera línea, con un activo Domen Makuc, entraran hasta el navarro Sergey Hernández, que no acertaba a parar más balones.
Pese al tiempo muerto de Bennet Wiegert pasado el cuarto de hora (12-9), el equipo de Carlos Ortega amasaba unos parciales más que interesantes que tendrían su última prueba en las rotaciones que debían empezar a entrar. El Magdeburgo resistía buscando fisuras a la espalda de Ariño y N’Guessan con penetraciones y Saugstrup volcado ahí, pero no le bastaba.
El Barça amasaba parciales
Cuando el partido cogía las mismas trazas de la primera semifinal, en la que primero a base de pequeños parciales Füchse Berlin terminó por desarbolar al Nantes, los árbitros volvieron a acudir al vídeo para juzgar una acción de Thiagus Petrus, que terminó en la grada en el minuto 27.
El Barça, que ya estaba viendo recortar su ventaja de cuatro goles (minuto 23, 17-13), debía nadar sin uno de sus grandes valladares defensivos y no arrancó bien: del 17-15 de ese momento se pasó al empate a 18. Así se fueron ambos contendientes al vestuario ante un graderío, muy magdeburgués, al que se le volvía a oír tras una primera parte de buen hacer culé casi silenciada.
La reanudación se presentó igualada. Primero Saugstrup tuvo opción para adelantar a los alemanes por primera vez en el partido, pero fue Frade quien deshizo el empate (22-21) y hacía que los suyos resistieran. Después fue cosa de golpear: el equipo de Ortega acertaba a sortear a un incómodo Portner, que quería quitarse la espina del año pasado (ausente por una sanción que al final no cuajó) e irse 24-21.
Respondió el equipo de Wiegert, cuya recuperación coincidió con un momento fatal para el Barça: Dika Mem, que al principio parecía que se le habían subido los gemelos, tuvo que retirarse aupado por dos compañeros. Llevaba ocho goles en ese momento.
Emil Nielsen, a quien su equipo necesitaba, asomó para desbaratar el que podía haber sido el 24-26 y con Petar Cikusa en la pista, Richardson empató antes de que Ortega pidiera en el minuto 50 un tiempo muerto.
Ficha técnica
Barça (18+12). Nielsen (1), Janc, Mem (8), Makuc (3), N’Guessan (5), Ariño (3), Frade (2); Gerard, Carlsbogard (2), Wanne, Gómez (2), Petrus, Richardson (4), Petar Cikusa, Rodríguez.
SC Magdeburg (18+13). Hernández, Hornke (7), Magnusson (11), Serradilla, Claar (3), Mertens (2), Saugstrup (2); Portner, Zechel, Kristjansson (1), Petterson, Weber, Lagergren (4), O’Sullivan, Damgaard, Bergendahl (1).
Parciales. 4-3, 7-5, 10-8, 14-11, 17-14, 18-18; 21-20, 23-21, 24-23, 26-27, 29-29, 30-31.
Árbitros. Gjorgji Nachevski y Slave Nikolov (Macedonia del Norte), con Lidija Bojic Cacic (Croacia) y Denis Reibel (Francia) como delegados federativos. Por parte del Barça, excluyeron a Carlsbogard (48’32) y Wanne (52’36); y descalificaron a Petrus (25’56), Carlsbogard (58’22) y Ariño (58’34). Por parte del Magdeburgo, a Saugstrup, (31’22, 41’06) y Serradilla (50’39 y 56’27).
Incidencias. Segunda semifinal de la EHF Champions League en el Lanxess Arena, ante 20.074 espectadores.
Llegó la lluvia: de descalificaciones
Tan condicionado como dispuesto a aprovechar los resquicios que tuviera, el Barça se valió de una exclusión de Serradilla que los colegiados no resolvieron con descalificación para primero con Nielsen y después mediante Carlsbogard irse dos arriba (29-27). Magdeburgo empataría poco antes del minuto 55, aunque el portero danés del Barça estaba por aparecer y detuvo el que hubiera sido el noveno siete metros de Magnusson.
El Barça quería aplicar el mismo molde que en la anterior superioridad cuando Serradilla volvió a ser sancionado. Marcó Ariño el 30-29, pero ahí se acabó el partido: los colegiados normacedonios Nachevski y Nikolov, indiscutibles protagonistas de la tarde, descalificaron a Carlsbogard primero y Ariño después, en una jugada idéntica a la que casi destroza el tobillo a Odriozola.
Al empate germano le siguió una intervención de Portner que a la vuelta del tiempo muerto solicitado por Wiegert con 12 segundos por delante, sirvió a Hornke para marcar el definitivo 30-31.
El espectáculo del Lanxess Arena quedó ensombrecido con dos semifinales marcadas por los resbalones. El público, muy alemán, estalló de alegría: este domingo habrá final alemana.