El Irudek Bidasoa Irun se despidió sin discusión del billete a la Fase Final de Hamburgo al caer en la vuelta ante un Melsungen, líder de la Bundesliga, que maniató a los guipuzcoanos del 8-6 en adelante. De la manera que pocos pensarían que cabía la derrota, en casi 17 minutos hasta el descanso los locales no encontraron manera de marcar en la portería visitante. Las lecturas pueden ser mil, pero la conclusión la misma: así es imposible. En Europa, en la Liga y en cualquier competición.

El calor ambiental se hizo notar en Artaleku desde el principio. El polideportivo irundarra es uno de los sitios donde primero asoma el verano en Irun y a nada que haga dos días de temperaturas más que agradables, el pabellón es una caldera. Incluso vacío. Si se llena con 2.000 almas, muchas vestidas de amarillo, dispuestas a darlo todo por sus colores como demostraron en el recibimiento, más aún.

Intercambio de golpes

La contienda arrancó con un intercambio de golpes en el que los alemanes tomaron la delantera, con un Ian Barrufet líder en faceta realizadora (7 de los 15 goles visitantes al descanso, suyos, con la mitad desde los siete metros). Rápido respondió el Bidasoa, que del 4-5 llevó el marcador al 8-6

Con una primera línea formada por los hermanos Nieto y Rodrigo Salinas, el equipo avanzaba hacia la portería por momentos a trancas y barrancas, pero por momentos con buenas jugadas trenzadas como la que culmina Gorka Nieto para el empate a cuatro.

Empujados por un buen Artaleku, los dorados dieron en esos momentos su mejor nivel de la noche y tras la primera ventaja en el marcador, obra de Iñaki Cavero, Esteban Salinas y el propio extremo irundarra, con el 8-6, pusieron la primera virtual clasificación. La única.

En ese 8-6, que suponía por primera vez remontar la eliminatoria, se acabó todo lo que le salía al Bidasoa. Una sucesión de errores y algunos aciertos de Morawski –que mejoró sobremanera sus prestaciones de la ida mientras Skrzyniarz no aguantaba los números de su compatriota– se fue apagando. Con el paso de los minutos, como la presa en pánico que no consigue liberarse de una trampa, todo fue a peor. Incluso marró dos siete metros. No salía nada y siguió sin salir hasta la segunda mitad, que arrancó con un atisbo de reacción.

Erik Balenziaga, clave

En las filas enemigas, jugó Enderleit –ya volvió en el partido liguero del fin de semana– y Kristopans, dos zurdos que cambiaron al equipo de García Parrondo respecto a la ida y dieron al técnico otras alternativas que resultaron vitales. Aquello permitió además devolver a Cavalcanti al lateral izquierdo. Entre uno y otros, empezó a emerger el zarauztarra Erik Balenciaga que no perdió las llaves del encuentro en ningún momento.

Jugada a jugada, el equipo visitante fue armando parciales que en la ficha técnica no son un error: del 8-6 del minuto 15, al 8-15 del descanso tras pasar por el 8-9 y el 8-11. Un 0-9 de parcial que nadie imaginaba, que Mozas trató de evitar con dos tiempos muertos (23’51, 8-10; y 26’37, 8-13) y que planchó Artaleku.

Un equipo herido

El Bidasoa, con más ilusión que buen juego pese a que su entrenador, Álex Mozas, había advertido que deberían hacer un partido mejor que en la ida si querían superar la eliminatoria, enfrente tenía un equipo herido. No por el partido de Kassel. Los alemanes no se preocupan por lo que consideran minucias que tienen solución futura, sino por la derrota de una Copa de Alemania que les infligió en Kiel dos semanas antes. Se creían preparados para toser a un gigante en horas bajas como aquel. Les dominó sin problema.

Con esa espina, las circunstancias como las lesiones pesan lo que pesan y en una cita decisiva para lograr un pase a una Fase Final, Melsungen fue implacable. Como el asesino de novela negra que tenía su víctima a tiro y se le escapó, quieren vérselas con las zebras en Hamburgo. Hasta camisetas para celebrar el pase a la Fase Final tenían preparadas.

32

[Fotos] Las mejores imágenes del partido entre el Bidasoa y Melsungen Iker Azurmendi

Atisbo de reacción neutralizado

La reanudación presentó un atisbo de reacción por parte de un Bidasoa encorajinado, un parcial de 3-1 y atacando con siete hombres. Tampoco hubo manera, ya que los alemanes desplegaban a su vez el ataque en superioridad y terminaban por encontrar soluciones ante una portería que no tuvo su noche, pese a que como otros muchos efectivos guipuzcoanos, también ha sido fundamental para llegar hasta aquí.

Y esa es la principal conclusión de la noche. Si en la ida pareció que ambas escuadras estaban muy cerca, la vuelta deja una distancia que parece sideral. Tampoco tal. Aun así, es una derrota que escuece y que como el sopapo de hace 37 años en Essen, abre las carnes.

LA FICHA

Bidasoa Irun 22

Melsungen 32

IRUDEK BIDASOA IRUN Skrzyniarz, Cavero (3), Asier Nieto (2), Jevtic, Francisco da Silva, García, Gorka Nieto (1); Maciel, Zabala, Gey-Emparan (1), Furundarena, Esteban Salinas (4), Rodrigo Salinas (4, 1 p.), Mujika (1), Boskos (4), Asier Iribar (2).

MT MELSUNGEN Morawski (1), Kastening (3), Enderleit (2), Balenciaga (5), Jónsson (4), Barrufet (9, 5 p.), Moraes (1); Lichtlein, Mandic, Sipos (1), Kristopans (2), Ignatow (1), Arnarsson (3), Soler, Cavalcanti (1), Svensson.

Paciales 2-3, 5-5, 8-6, 8-9, 8-11, 8-15; 11-18, 12-23, 16-26, 17-30, 21-31, 22-32.

Árbitros Karim y Raouf Gasmi (Francia), con César Castillo (Reino Unido) como delegado federativo de la EHF. Por parte del Irudek Bidasoa Irun, excluyeron a Boskos (22’22) y Asier Nieto (39’07); por parte de MT Melsungen, a Jónsson (8’58), Barrufet (11’57 y 56’11), Mandic (40’27) y Cavalcanti (41’36).

Incidencias Lleno en Artaleku con casi 2.000 espectadores en la vuelta de los cuartos de final de la EHF European League. En el descanso, se tributó un homenaje al exdirectivo y exdelegado de campo Ramón Aranburu.

La segunda parte no tuvo la historia que Artaleku quería. Mozas agotó su último tiempo muerto antes de llegar al 40 (12-22), pero no hubo más que acordeones en el marcador, lucimientos personales de unos y otros, pitadas del respetable para algunas actitudes de jugadores visitantes como Barrufet, y tiempo para que unos colegiados que no estuvieron a la altura de lo que se esperaba sancionaran en la segunda parte jugadas –ya con diez goles de ventaja visitante– que hasta ese momento habían enviado al limbo durante la primera parte. Esa disparidad de criterios es, sin vísceras, lo peor que se pueda decir de una pareja arbitral.

[Fotos] Las mejores imágenes del partido entre el Bidasoa y Melsungen Iker Azurmendi

A dos minutos para acabar, Artaleku tributó una cálida ovación a su equipo en reconocimiento a una andadura europea que terminó cuando encajó la primera derrota europea de la temporada en casa ante el líder de la Liga alemana, con un sentimiento con pinceladas de impotencia que la plantilla deberá girar: este sábado la vida sigue contra Anaitasuna

A la plantilla de 1987 lo mismo le pasó cuando se truncó su primera andadura europea al encajar un 22-7 en Essen. Allí empezó a nacer, de la mano de un Juantxo Villarreal que se asomó a Artaleku, un campeón de Europa. Ahora tiene un nuevo billete europeo en juego. Cuatro jornadas de Liga y la Copa del Rey en Artaleku. Siguen siendo palabras mayores. E ilusionantes.