La Federación Guipuzcoana de Balonmano ha decretado la suspensión de todos los partidos de categoría territorial programados para este fin de semana, como forma de “muestra de rechazo unánime” ante los episodios violentos que se han vivido en este deporte las últimas jornadas.

Los hechos se motivaron tras la agresión de un entrenador del Tolosa a un árbitro en un partido hace dos semanas, el fin de semana del 17 de febrero. El propio responsable de los hechos asumió de inmediato lo sucedido, se disculpó y fue apartado de su cargo, además de que se le haya aplicado una sanción por tres años.

El presidente de la Federación Guipuzcoana, Josemi Antia, envió un comunicado a todos los clubes del territorio pidiendo que las propias entidades exigieran a sus cuerpos técnicos “un exquisito respeto con los árbitros”, entre diversas cuestiones, algo que no ha ocurrido en los fines de semana posteriores.

Tanto es así que el siguiente fin de semana, el último de febrero, se volvieron a repetir situaciones tensas entre entrenadores y colegiados, “agresiones, no físicas pero sí verbales”, según el comunicado conjunto remitido por la Federación y el Comité Técnico de Árbitros de la territorial.

En una nueva reunión con el estamento arbitral tras la que se desarrolló el pasado 23 de febrero, esta semana la Federación ha determinado “suspender toda la jornada del 3 de marzo” a instancias de los propios árbitros y avalado por la Dirección foral de Deportes, como “muestra de rechazo unánime de toda forma de violencia”, fuera física o verbal.

La Federación, además de convocar “a todos los estamentos del balonmano” a una reunión el 13 de marzo en Donostia para poner en marcha una comisión antiviolencia, aspira a que el paro “se convierta en una jornada para que toda la familia del balonmano guipuzcoano reflexione y tome conciencia de que hay que cambiar el rumbo que está tomando la violencia en nuestros encuentros ya que la situación actual es insostenible”.

Lo ocurrido en Tolosa no ha sido el único mal ejemplo del deporte guipuzcoano, ya que este pasado fin de semana varios asistentes a un partido de fútbol cadete en Donostia protagonizaron una trifulca inasumible.

Falta de relevo

La propia evolución de la sociedad también afecta al balonmano, que como les ocurre a otros muchos deportes cada vez ve más complicada la supervivencia de la mayoría de clubes por falta de relevo generacional y la apuesta insuficiente de la gente más joven por el voluntariado.

Una realidad de la que no son ajenas los estamentos arbitrales, que en muchos deportes se encuentran con falta de vocaciones y, en última instancia, cada vez más problemas para designar colegiados en partidos de cualquier categoría los fines de semana. Más si, como ocurre en algunos casos, además han de hacer frente a 3.