Exhibición del Bidasoa ante el Logroño (36-25)

Nieto fue el protagonista de unos primeros minutos del encuentro en los que el vizcaino, con tres goles y otros tantos penaltis forzados, permitió a Bidasoa dominar el marcador ante una grada entregada en su apoyo, que recordaba todavía el disgusto de la eliminación de la Copa de España en diciembre ante el mismo rival.

El 5-1 inicial obligó a Miguel Ángel Velasco a parar el choque porque sus jugadores no habían comparecido en la cancha irundarra y si los locales tomaban mucha más renta la tarea de ganar se iba a convertir en algo más que difícil.

Los lanzadores riojanos, Korchi, Alves, Palomino o Zaja, no veían portería, y como atrás Xabi Ledó en su retorno a Artaleku tampoco aportaba de inicio, la renta fue cogiendo tintes inesperados favorables a los vascos. Logroño se acercó al precipicio (10-3) pero se recuperó en parte para ofrecer una versión más acorde a su potencial, cuando Ledo empezó a parar ante sus excompañeros y Preciado y Rivero ofrecieron soluciones desde el lateral derecho, con las cuatro exclusiones locales que también ayudaron a que los riojanos no se quedaran excesivamente rezagados.

El segundo tiempo mantuvo un guion similar porque la defensa vasca era un auténtico muro infranqueable para un conjunto logroñés, que no sacaba provecho alguno a las exclusiones del conjunto amarillo.

Los jóvenes del Bidasoa- Irun –cuatro de ellos fueron campeones europeos junior en 202–2, seguían haciendo de las suyas, sobre todo un Julen Mujika imperial que lo hacía todo bien y que contaba con el veterano Esteban Salinas para que la felicidad siguiera siendo el estado de ánimo para el grupo de Jacobo Cuétara.

El sexto gol de Asier Nieto subió el 26-17 al marcador a falta de disputar el último cuarto y remontar nueve goles a este sólido Bidasoa son palabras mayores, de forma que aunque el Logroño no llegó a arrojar la toalla su permeabilidad defensiva hizo imposible cualquier intento siquiera de discutirle los puntos al segundo clasificado de la liga.