La selección española, con el billete ya asegurado a los cuartos de final, tratará de prolongar esta noche su inmaculada trayectoria en el Mundial de Polonia y Suecia con un triunfo sobre Francia que le permitiría acceder a la siguiente ronda invicta y como primera de grupo. Una posición que en cualquier otro momento garantizaría, a priori, un cruce de cuartos más accesible, pero no en esta ocasión, dada la entidad del posible rival, previsiblemente Noruega o Alemania, que no se conocerá hasta mañana. Los guipuzcoanos Kauldi Odriozola, Iñaki Peciña e Imanol Garciandia están a disposición del seleccionador, Jordi Ribera.

Es la misma situación en la que afrontará el duelo el equipo galo, vigente campeón olímpico, que, como España, ya tiene segura su presencia en cuartos y al que un triunfo otorgaría el primer puesto del grupo. Hecho que resta importancia a un duelo que se ha erigido en los últimos años en todo un clásico del balonmano mundial.

“Los partidos entre España y Francia siempre son importantes, pero en esta ocasión será como un buen amistoso, porque gane el que gane los dos equipos ya estamos en cuartos y tampoco sabremos con quién nos vamos a enfrentar, por lo que será un partido para trabajar y coger confianza”, señaló el jugador francés Nikola Karabatic. Una idea con la que coincidió en parte el pivote Adrià Figueras, que destacó la importancia que tiene para España, un equipo todavía en fase de construcción: “Un partido con Francia siempre es importante”.