Odriozola, licenciado en Bioquímica, formaba parte de un grupo de investigación en un laboratorio de la Facultad de Química de la UPV/EHU, pero en 2022 le surgió la oportunidad de coger las riendas del Iraurgi y este pasado verano dio el salto al GBC. Así que ahora está centrado en el baloncesto, y no le va nada mal. Su equipo marcha tercero, juega bien, ha vuelto a enganchar a Gipuzkoa y tiene pinta de que va a estar arriba hasta el final. Por ahora no quiere ni pronunciar la palabra ascenso y se centra más en que el equipo mejore en la segunda vuelta y llegue lo mejor posible a los momentos decisivos de la temporada. El donostiarra charla con NOTICIAS DE GIPUZKOA en Illunbe.

Hace unos pocos años igual se veía más con la bata investigando que en esta cancha peleando por un ascenso a la ACB. 

Sí. Seguro que me veía más con la bata. Al final yo había estudiado para eso y estaba trabajando como investigador. Cuando me llaman para ir de ayudante al Iraurgi en 2020 empieza a cambiar todo. Al principio compatibilicé las dos cosas, porque quería experimentar el baloncesto a ese nivel. Luego, cuando empecé como primer entrenador del Iraurgi (2022), dejé lo otro. Me metí un año al 100% en el baloncesto y este es el segundo. Estoy contento y eso es lo importante. Iremos viendo.

El gran público le empieza a conocer en 2020, pero tiene una trayectoria anterior. 

Empecé a entrenar con 15 años en el Easo. Empecé sobre todo como un hobby, me lo pasaba bien y ocupaba el tiempo. Nunca me había planteado ser entrenador a nivel profesional. Tenía mis estudios y mi trabajo, pero ha surgido así.

A nivel académico, está licenciado en Bioquímica, tiene un máster en Farmacología y otro en enseñanza, hizo también el doctorado y presentó su tesis en 2019. 

Vas haciendo tu camino. En esas carreras estás casi condenado a hacer un máster y luego las opciones son meterte muy pronto en la industria o hacer una tesis doctoral. Y por la realidad del mundo científico, que es bastante inestable, decidí hacer el máster de enseñanza, como mucha gente que estudió conmigo, y lo tengo ahí por si lo necesito en un futuro. Terminé la tesis y estuve trabajando año y medio, investigando contra el cáncer en un laboratorio de la Facultad deQuímica. Fue una etapa muy bonita, y ahora estoy en otra que no sé cuánto va a durar, y que quiero aprovecharla.

¿Tiene la posibilidad de volver a su equipo de investigación? 

No lo sé, me tendría que poner a ello. Cuando decidí dejarlo, terminaba contrato y me ofrecieron seguir. Lo agradecí, pero tuve la oportunidad del Iraurgi. Y a final del año pasado me volvieron a preguntar, y no sabía qué iba a hacer. Si no me llega a salir nada de entrenador, hubiera vuelto. Y si en el futuro tengo hueco en la ciencia, volveré. Por ahora tengo buena relación, podría ir al mismo sitio y, si no, pues me buscaría otra salida.

¿Le gusta investigar? 

Sí, me gusta. La carrera científica es dura, un poco inestable, te obliga a irte fuera, a hacer muchos esfuerzos durante muchos años para tener una estabilidad, y ni siquiera sabes si la vas a conseguir. El día a día de investigar me encanta y si está relacionado con la medicina, más. Te sientes como que intentas aportar algo al resto. Pero es duro y hay que estar convencido para meterte ahí.

Los banquillos también son inestables... 

Sí. Igual hasta me gusta eso... El mundo del entrenador es así, en cualquier momento te puedes ir a la calle. Al final somos los responsables de cómo funcionan los equipos. Si el equipo no cumple con los objetivos y hay que dar la vuelta a la dinámica, hay dos opciones: o fichas jugadores o cambias el entrenador. Y es más accesible cambiar el entrenador. Por suerte, los dos clubes en los que he estado me han ayudado mucho, pero esto es un mundo profesional y competitivo. Lo que está en tus manos es hacerlo lo mejor posible y a partir de ahí estás expuesto a las decisiones de los clubes. Es así y hay que vivir con ello.

¿Cuándo le llama Xubi (José Luis Zubizarreta, director deportivo del GBC) y qué le dice? 

En julio. El Gipuzkoa Basket jugó la Final Four y después Lolo Encinas fue a Burgos a entrenar. El club anunció a Xubi como director deportivo. Habíamos estado juntos en el Iraurgi, él confía mucho en mí y desde el club pensaron que esa confianza tenía sentido. No puedes decir que no a la oportunidad de entrenar en casa.

Xubi le conoce, pero, visto desde fuera, podía sorprender la apuesta del club en lugar de traer a alguien más contrastado. 

Por eso le estoy agradecido. Yo era un entrenador con poca experiencia en LEB Oro y tengo un descenso. Podemos hablar mucho de esa temporada en el Iraurgi, pero al final es un descenso y lo que importa son los resultados. Soy un chico joven con poco recorrido en estas categorías y el GBC es un club con más recorrido. Esa apuesta por la gente de aquí entiendo que parezca que es arriesgada. Si yo estuviera fuera pensaría lo mismo, pero tenía la confianza de hacer las cosas bien. A veces peco de novato, estoy aprendiendo, pero me siento tranquilo y con la responsabilidad de hacerlo lo mejor que pueda. Y si alguna vez no llego al nivel requerido, asumo lo que hemos hablado antes.

La apuesta no tardó mucho en confirmarse como acertada, porque el equipo empezó muy pronto a funcionar bien. 

Bueno, esas valoraciones tienen que ser externas. Yo no puedo decir si ha sido acertado o no. Yo estoy tranquilo con el trabajo que estamos haciendo, pero quedan aún 16 jornadas. La mentalidad que tenemos es la de hacer las cosas mejor. La segunda vuelta será más apretada, así que la valoración la haremos al final.

El equipo está bien. 

Sí, estamos bien, pero queremos estar mejor porque ha habido finales de partido contra Coruña, Burgos y Estudiantes, aunque el de Burgos ganamos, que hay que solucionar mejor. El nivel va a subir en la segunda vuelta, estamos haciendo bien algunas cosas y las que estamos haciendo peor queremos mejorarlas.

¿Se ven capaces de discutir el liderato y favoritismo de Estudiantes (por ahora con dos victorias más)? 

Nos vemos capaces de ganar cualquier partido. En esta liga lo difícil es tener la continuidad necesaria para estar arriba. Por ahora no hemos tenido tanta continuidad como ellos. El objetivo sigue siendo entrar en el play-off y competir. Si en algún momento hay que cambiar el objetivo, lo diremos. Por ahora tenemos el partido contra el Valladolid, que es uno de los equipos que nos ganó en la primera vuelta, y no queremos perder dos veces contra ellos. Ese es el objetivo. Respecto a lo otro, paciencia.

Otro aspecto positivo de la primera vuelta: la grada. 

El club está haciendo un esfuerzo grande y está funcionando. He venido muchas veces como espectador y me hace ilusión que cada vez tengamos más aficionados. Contra el Estudiantes vinieron alrededor de 4.000 personas, lo que es un dato bastante bueno. De ahí la rabia de perder, porque salir de ahí con victoria era importante. Nosotros vamos a seguir haciendo nuestro trabajo lo mejor posible. Si lo hacemos bien, vendrá más gente.

¿Hay química en el vestuario? 

Sí. Los jugadores que llevan más tiempo, como Xabi (Oroz), Mikel (Motos) y Aitor (Zubizarreta), ayudan mucho, son una gozada. Y los nuevos también son buenos chavales. Hay buen ambiente, lo cual se agradece como entrenador porque te facilita las cosas.

Tiene a la estrella de la LEB Oro. 

Estamos muy contentos de tener a Alex (Barcello). Lo está haciendo muy bien, venía de una temporada, la de su primer año en Europa, en el que no fue tan importante como le gusta a él, y seguramente por eso está con nosotros. Lo importante de Alex es que en el día a día es ambicioso. No veas la tabarra que me dio después de perder contra el Estudiantes. No podemos perder dos partidos seguidos, coach, me decía, hay que ganar. Es muy competitivo, no quiere perder. Es un placer tener a este tipo de jugadores, pero también a otros que juegan menos y vienen todos los días a entrenar con buena actitud y cara.

No queremos otro 'caso Jaworski'. ¿Está atado y bien atado hasta el último día de la temporada? 

Esperemos que sí, no tengo noticias de lo contrario. Ya se casó, ha sido padre, la familia está bien y él está contento. Hay que entender con estos jugadores que somos un paso más en su carrera. Por un lado te ayudan a ti, pero tú también tienes que ayudarles a ellos.

Otro lujo en LEB Oro es el capitán. 

Xabi es una gozada. Ayuda en todo. Lo que más me sorprende de él es su humildad. Igual se equivoca, viene y te lo dice: Mikel, perdona que me he equivocado. Yo le digo: Con todo lo que haces bien, no hace falta ni que me pidas perdón. En el día a día ayuda mucho, es una gozada tenerlo en el equipo.

Aitor Zubizarreta va a ser un ‘fichaje’ de lujo. ¿Cuándo espera tenerlo disponible? 

Estando lesionado ya nos ayuda, porque siempre está ahí aportando en el día a día. Hablo mucho con él. Está centrado en su recuperación. Es muy competitivo y su capacidad de trabajo es una burrada. No ha entrenado aún con oposición, a ver si en las próximas semanas empieza. Es exigente consigo mismo, así que no le metemos presión. La prioridad es que se recupere bien. Su lesión fue un palo gordo, por su nivel y por lo que transmite en los entrenamientos. Si tenemos paciencia, nos va a ayudar mucho, pero hay que entender que al principio le costará porque lleva tiempo parado.

¿Cómo se ve en tres meses? ¿Cuánta gente en la grada y peleando por qué? 

Tres meses es mucho tiempo en deporte, pero puedo intentar visualizarlo. Lo primero es no tener lesiones, todo el mundo preparado para jugar y ojalá tenga quebraderos de cabeza para saber a quién sacar porque todos están bien. El objetivo es confirmar el play-off y llegar bien para preparar lo que queda, tener más gente en la grada y que les demos algo bueno.