Iñigo De la Hera, debutante el domingo pasado con el Guuk Gipuzkoa Basket, y Adam Sollazzo analizaron ayer la primera victoria en Illunbe de la temporada. En primer lugar, el base beasaindarra se refirió a su estreno: “Siempre sienta bien jugar al baloncesto y más si es en un equipo histórico y que desde pequeño he seguido como el Gipuzkoa Basket. Estoy muy contento por el debut, incluso con esas mariposillas en el estómago que hace mucho que no sentía. Y, además, con la victoria del equipo, que es lo más importante”. No se lo pensó a la hora de lanzar el triple que anotó: “Tenía bastante claro que a la mínima que tuviese una oportunidad para tirar lo iba a hacer. No me considero un jugador vergonzoso, me gusta divertirme y sabía que la primera oportunidad la iba a aprovechar”.
De la Hera también agradeció el apoyo de su familia: “Estuve con mis padres al final del partido, que son los que siempre me han apoyado. Daba igual el equipo, la ciudad, siempre han estado ahí”.
Por su parte, Sollazzo destacó las ganas que tenía el equipo de la primera victoria en casa: “Para nosotros, todos los partidos son importantes, pero el último partido fue especial porque necesitábamos ganar en casa para enseñarle a la afición que estamos aquí para luchar. Queríamos ganar sobre todo por ellos”.
En un inicio de temporada difícil para él, poco a poco va sintiéndose mejor: “Estuve fuera un par de semanas, sin poder sudar, ni correr, ni hacer nada. Ahora me siento más cómodo, y por suerte he podido seguir mejorando”.