El escolta donostiarra que se formó en el Easo, de 27 años, atiende muy amablemente la llamada de NOTICIAS DE GIPUZKOA, tras una dulce resaca después de ganar el domingo en la final del Eurobasket a Francia (88-76). El jugador de Unicaja Málaga se muestra “muy orgulloso” de lo conseguido, pero no se conforma.

Han pasado ya unos días, ¿ha asimilado lo que han conseguido?

Ya estoy un poco más tranquilo con lo que ha sido la experiencia. Ha sido una locura desde que terminó el partido ante Francia. Se te pasan un montón de pensamientos, de emociones que todavía no sabes digerir. Intentas analizarlas. Ahora que ya ha pasado el tiempo y he podido descansar un poco y estar con mi mujer y mi familia, la verdad es que estoy muy contento con lo que hemos conseguido. Muy orgulloso, pero esto no se para aquí. Hay que seguir.

¿Ya se lo cree?

No me lo esperaba. Empecé la concentración con las ganas de intentar meterme y jugar el Eurobasket, sin saber si iba a entrar en el equipo. Ha terminado de esta manera y estoy súper contento. No te lo terminas de creer. La experiencia ha sido una pasada y es algo que no se me va a olvidar.

¿Qué es lo que pensaba cuando oía decir que este equipo no tenía ninguna opción?

No suelo hacer mucho caso a las críticas de fuera, pero sí que lo leía alguna vez en Twitter. Entiendo que es la opinión de la gente. Obviamente, no estaba de acuerdo porque, al margen de que no tuviéramos estrellas de la NBA como Giannis, Luka (Doncic) o esta gente, teníamos jugadores de la NBA, de la Euroliga y también tenemos muy buenos jugadores de la ACB. Y no hay que olvidar que la ACB es la mejor liga doméstica de Europa. Entonces pensaba que la gente estaba asustada con los nombres de las estrellas, pero no era consciente de lo que teníamos. Siempre he tenido un montón de fe y desde el primer día que fui a entrenar con el equipo y vi el talento que había, ya decía: Aquí hay talento suficiente para luchar por las medallas y dar guerra a todos. Y mira al final cómo ha salido.

¿En qué momento se creen que pueden ganar el Eurobasket?

Desde el principio sabíamos que si hacíamos las cosas bien, íbamos a tener opciones, pero un partido muy clave para nosotros fue el de Turquía, el último de la fase de grupos, que sirvió para quedar primeros. No sabíamos muy bien qué era mejor, si quedar primero o segundo, porque cualquiera de los dos cruces era durísimo. Pero ir a jugar contra Turquía, que era de los favoritos, un equipo muy fuerte y jugar tan bien y sacarlo, nos dio mucha confianza. Contra Lituania habíamos jugado en la preparación y no conseguimos ganarles y hacerlo en octavos (en la prórroga) para nosotros fue muy importante. A partir de ahí ya decíamos que teníamos que seguir, tirar hacia adelante. Éramos conscientes de que le podíamos ganar a cualquiera y fuimos a por ello.

¿Qué fue más difícil, la semifinal ante Alemania o la final contra Francia?

Los dos partidos han sido difíciles. Pero creo que el partido que más se nos atragantó fue el de Alemania porque Schroder empezó muy fuerte, nos costó mucho frenarle. Jugaban en casa y sabíamos que se sentían fuertes. El plan era ir a un final apretado e intentar que en ese final igualado, ellos, con la presión de jugar en casa y verse favoritos, se vinieran un poco abajo. Tácticamente, hicimos un par de cosas que les volvieron locos, que no sabían ni lo que estaba pasando en la pista y eso nos dio mucha ventaja. Luego, en el partido ante Francia fue al revés. Empezamos muy fuertes. Ellos no se esperaban el acierto que tuvimos o que les jugáramos de la manera en la que les jugamos y conseguimos una ventaja en el marcador, y también anímica, que nos duró todo el partido. Difíciles los dos, pero el de Alemania fue el que más nos costó porque sufrimos mucho.

Pese a ese arranque demoledor en la final, hubo un momento en el que se acercaron mucho, pero el equipo supo mantener la calma. Eso también habla muy bien de la mentalidad del grupo, ¿no?

Sí, ya sabíamos que iban a salir muy fuertes del descanso. De hecho, ya hicieron un muy buen final del segundo cuarto. Sabíamos que iban a ir con todo para remontar, pero estuvimos sólidos e, igual que contra Alemania, en el último cuarto estuvimos muy listos y nos llevamos el partido.

Dario Brizuela. 27 años, de Donostia. Campeón de Europa. ¿A qué le suena?

Me suena raro. Intento seguir pensando que soy la misma persona, el mismo jugador. Estoy muy contento de haber conseguido esto con este equipo. Nunca he sido conformista y no me quiero conformar ahora. Quiero seguir con la misma mentalidad de progresar, de mejorar, de acumular experiencias y de ganar más cosas.

Ha sido su primer gran torneo de selecciones. ¿Cómo se ha visto?

No te sabría decir. Al final fui al torneo sin saber lo que iba a pasar, sin saber el rol que tendría y sin saber los minutos que iba a tener, pero, una vez que comenzó el torneo y empezaron a salir bien las cosas, me sentí muy cómodo. Tenía muy claro lo que tenía que hacer y creo que estuve bien muchos días y contento con eso. He sido capaz de demostrar que puedo formar parte de un colectivo importante con mucho talento y seguir produciendo.

El microondas de la selección…

Eso decían. Yo intentaba salir, hacer mi juego, ayudar al equipo en lo que podía... Había días que me tocaba más, había días que me tocaba menos. El objetivo era ganar los partidos y estaba contento cada vez que acaba el partido y lo habíamos ganado.

¿Qué significa esto para Darío Brizuela?

Es importante para mí. Después de toda una vida de dedicarte al baloncesto, dejar muchas cosas atrás... Yo me fui de Donostia muy joven. Y mucha gente no es consciente de lo difícil que es eso, dejar a tu familia, a tus amigos atrás. Aparcar un poco lo que es la educación. Si quieres ser jugador de baloncesto, no te vas a poder dedicar íntegramente a estudiar la carrera que te pueda dar un trabajo. Es muy complicado. Sacrificas todo. No es un camino de rosas. Pasas un montón de momentos duros, cosas buenas y cosas malas a partes iguales. Está muy bien, porque ves reflejado en un instante todo por lo que has trabajado y sacrificado, y poder compartirlo con mi mujer y mis padres, que estaban en la cancha, fue muy bonito.

¿Ha merecido la pena?

Ha merecido la pena con título y sin título. Estoy orgulloso de lo que he conseguido como jugador. De pequeño, en Donostia ni siquiera pensaba que iba a jugar en la ACB. He ido quemando etapas y consiguiendo cosas. Esto es lo máximo, ganar un torneo con la selección y teniendo un papel importante es algo que si me lo hubieran dicho hace diez años, me habría reído. Estoy muy contento también por eso, por compartirlo con mi familia y mis amigos, que están súper felices. Es un orgullo que la gente se sienta así.

¿Qué queda de aquel niño que empezó en las categorías inferiores del Easo?

Lo mismo. He madurado como hombre. Con la vida vas aprendiendo muchas cosas, te vas dando golpes, empiezas a priorizar otras cosas, pero, una vez que estoy en la cancha, intento ser el mismo, bueno, más tranquilo porque de pequeño era un cabeza loca, pero intento jugar con la misma alegría, intento disfrutar, que es lo que más me gusta, disfrutar yo y que disfruten con lo que hago. Intento que no se me olvide eso, que es por lo que empecé a jugar a baloncesto, por lo que a mis padres les encantaba ir a verme jugar y a mis amigos les gusta el baloncesto porque juego así. Por encima de todo está disfrutar, es algo que Rudy Fernández nos lo recordaba antes de cada partido, que disfrutáramos jugando, que era lo mejor que teníamos.

Se hizo viral una foto de usted en la que salía en el vestuario con la copa y con un mensaje de ‘thankyoukobe’. ¿Qué ha significado la malograda estrella en su carrera?

Ha sido un jugador y una persona muy importante. Desde muy pequeño siempre me ha encantado su manera de jugar. Cuando me fui adentrando en su personalidad y en su forma de trabajar, aprendí muchísimo de él: a trabajar duro, a cuidarme, a ser detallista con mi trabajo, como hacía él. Como jugador le debo mucho porque al final él modeló mi manera de trabajar. Le debo mucho y me apetecía hacerle ese homenaje.

¿Quién es el compañero que más le ha sorprendido en este torneo?

Todos hemos hecho un torneo espectacular. Se habla de Alberto Díaz, que ha hecho un torneo increíble, pero yo estoy especialmente contento por Willy Hernangómez. Le conozco desde hace un montón de años y antes de empezar le dije que este iba ser su torneo porque estaba viendo cómo trabajaba y las ganas que tenía. Se lo fui recordando todos los días, cada partido le decía que tenía que reventar al jugador que tenía delante, porque yo sé el tipo de jugador que es. No ha tenido oportunidades continuadas en la NBA y me parece un gran jugador, que se merece mucho más. Se lo dije el día de la final, que estaba muy feliz por él. Se lo merecía. Es un gran paso en su carrera, porque se puede convertir en un jugador muy importante a nivel mundial. Por el que más feliz estoy es por él.

¿Hasta dónde puede llegar este grupo de jugadores?

Somos un grupo de jugadores muy competitivos y en cuanto llegue el Mundial el año que viene, si tenemos la oportunidad de volver, estaremos con el mismo hambre. Tenemos ganas de seguir demostrando que el baloncesto español está en un nivel muy alto a nivel mundial. El jugador español, aunque parezca que vale menos cada vez, porque cada vez se apuesta menos por él, demuestra que está muy arriba.