35 triples, 8 aciertos

Que un equipo abuse del tiro exterior no suele ser una buena señal. Habitualmente es consecuencia de la falta de ideas en el juego de ataque. Eso es lo que le pasó al Lagun Aro GBC ayer, que tiró la friolera de 35 triples en 40 minutos, de los que solo anotó ocho, lo que supone un porcentaje del 23%. El equipo de Sito empezó bien, metiendo incluso algún balón interior a Betts y Doblas, pero pronto desistió y se dedicó a tirar de lejos. El problema es que los ataques fueron tan espesos que muchos de esos tiros lejanos eran forzados o al final de la posesión, lo que provocaba fallos. Además, Jimmy Baron se empeñó en tirar, con trece triples lanzados y solo dos acertados. Otro que no tuvo el día fue Javi Salgado (2/9). El porcentaje en tiro de dos, un 46% (12/26) fue mejor, pero en absoluto brillante. A este respecto, un dato para reflexionar es que el GBC solo lanzó ocho veces de dos en los últimos 20 minutos.

El 8/35 en triples no explica la magnitud de la derrota. Y es que hubo otra estadística muy preocupante: las 21 pérdidas, quince de ellas registradas en la segunda mitad del partido. Es decir, 21 ataques desperdiciados sin ni siquiera mirar a canasta. Decía Sito Alonso el viernes que quería incidir en el balance de balones recuperados y perdidos. Pues bien, el de su equipo, fue de 4-21, mientras que el del Estudiantes, 8-14. Una diferencia excesiva.

En la lucha por el rebote, en cambio, el Lagun Aro fue muy superior al Estudiantes, otro de los aspectos del juego que preocupaba sobremanera a Sito. El conjunto guipuzcoano se puso las pilas en este apartado y cogió 43 rebotes, nueve más que su rival, incluyendo 15 rechaces ofensivos, es decir, otras tantas oportunidades para volver a anotar. El problema es que las pérdidas de balón y el abuso del tiro exterior impidieron que eso se reflejara en el marcador.